Cabe señalar que en estos tiempos es imprescindible fortalecer la cultura de la inocuidad alimentaria, y aún más que eso, alcanzar la seguridad alimentaria.
El día 7 de junio fue declarado como Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos por la Asamblea General de las Naciones Unidas, celebrada el 20 de diciembre de 2018, en su resolución 73/250[1] y desde el año 2019 es motivo de celebración, fomentándose la cultura en materia de seguridad alimentaria con la realización de eventos y seminarios.
El pasado día 5 de junio, a modo de promoción y estímulo en el mundo, la Argentina realizó el Seminario web “Cultura Alimentaria en tiempos de COVID-19”, organizado por la Comisión Argentina de Inocuidad Alimentaria (CAIA) y por la Asociación Argentina de Microbiología (AAM), en el cual hemos participado y donde se expusieron resultados de la implementación de un Programa de Inocuidad Alimentaria realizado en la Multinacional Walmart, cuyo impacto fue positivo en la salud del entorno y de los consumidores finales de esta gran cadena, así como un alto nivel de compromiso, conocimiento y buenas prácticas entre sus empleados y directivos.
Argentina es país miembro de las organizaciones: OMS (Organización Mundial de la Salud), OPS (Organización Panamericana de la Salud) y de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), por tanto tributa información cada año, a dichas entidades, para el registro estadístico de los indicadores de la salud, y dentro del mismo se encuentran las Enfermedades de Transmisión Alimentaria, denominadas ETA.
La FAO considera que “La seguridad alimentaria existe cuando todas las personas tienen, en todo momento, acceso físico, social y económico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que satisfacen sus necesidades energéticas diarias y preferencias alimentarias para llevar una vida activa y sana.”[2]
En los tiempo actuales, se considera que la seguridad alimentaria, más que un término que como moda se exponga en un texto, debe ser una páctica a seguir.
| + SEGURIDAD ALIMENTARIA = – ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN ALIMENTARIA |
Las enfermedades derivadas de las incorrectas manipulaciones de alimentos suponen para cualquier país una carga dentro de su salud pública, cuya importancia e impacto se han subestimado durante mucho tiempo, por tanto, desde el año 2000, los Estados Miembros de la OMS han reconocido y adoptado la resolución de destacar el papel esencial de la inocuidad alimentaria dentro del sistema de la Salud Pública.
Teniendo en cuenta los datos estadísticos reportados por la OMS,[3] Argentina gastó el 4,8 % de su producto interno bruto en la salud en el año 2014.
Según los datos estadísticos de la Argentina, tomados del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) sobre las muertes según los principales indicadores de la salud (2013 a 2017) figuran en Otras causas las provenientes de Enfermedades de Transmisión Alimentaria, ETA.[4] Cabe señalar que el Instituto no hace una discriminación pormenorizada de los decesos ocurridos por ETA, por lo que no podemos considerar cuál es la cifra exacta de los mismos, pero esto nos debe poner en alerta.
| AÑO | TOTAL DE MUERTES | OTRAS CAUSAS | RELACIÓN PORCENTUAL (%) |
| 2013 | 326197 | 60658 | 18.60 |
| 2014 | 325539 | 58975 | 18.12 |
| 2015 | 333497 | 58024 | 17.40 |
| 2016 | 352992 | 63630 | 18.03 |
| 2017 | 341688 | 58074 | 17.00 |
Es importante señalar que para disminuir las cifras de morbilidad y de gasto en salud por las infecciones o intoxicaciones alimentarias, TODOS los que participamos en la cadena alimentaria, desde el cultivo hasta el consumidor final, debemos desempeñar un rol más responsable porque la inocuidad alimentaria nos atañe a todos.
No se puede fomentar una buena salud y mantener la vida, si no se tiene el acceso a alimentos inocuos y nutritivos.
| ¿Qué hacer en las entidades cooperativas y mutuales del rubro alimentario? ADAPTARSE ASESORARSE CAPACITARSE ELABORAR E IMPLEMENTAR LAS BUENAS PRÁCTICAS DE MANUFACTURA. |
Se deben establecer acciones para mantener la integridad de la cadena. Tener definido el conjunto de buenas prácticas las que deben enfocarse en estos días y en el futuro hacia las vías de transmisión de COVID-19 y en cómo eliminar o reducir el riesgo de contagio mediante la aplicación de las recomendaciones de lavado de manos, desinfección de superficies entre otras medidas.
Una cooperativa o mutual debería convocar, dentro y/o fuera de la entidad, a quienes puedan evaluar los riesgos sobre la inocuidad debido a las medidas adicionales que se adopten por la pandemia.
Sin lugar a dudas, cuando
la pandemia COVID-19 haya pasado a la historia, habremos comprendido la
importancia del lavado de manos, de la limpieza y desinfección y de las buenas
prácticas de manufactura. Estamos ante un buen momento para impulsar la
construcción de una cultura
de inocuidad sólida y robustecer el trabajo en las cooperativas
y mutuales del sector agroalimentario tanto como fomentar el interés por la
inocuidad alimentaria en nuestra sociedad. Se trata de ver como una oportunidad
y un desafío esta crisis sin precedentes.
[1] https://www.un.org/en/ga/search/view_doc.asp?symbol=A/RES/73/250&Lang=S.
[2] Cumbre Mundial sobre la Alimentación (1996) http://www.fao.org/3/al936s/al936s00.pdf.
