A raíz de la intención del Gobierno Nacional de gravar con el Impuesto a las Ganancias el resultado del servicio de ayuda económica, a lo que se agrega el desinterés puesto de manifiesto por los miembros de la Comisión de Asuntos Cooperativos, Mutuales y ONGs, al asistir solamente 8 diputados de los 31 que tiene, y no interesarse en analizar el proyecto de ley, y como consecuencia tampoco emitir el despacho correspondiente, este debe ser un severo llamado de atención para toda la dirigencia del sector, porque es evidente que el mutualismo está muy desprotegido. Ni siquiera los representantes del pueblo que dictan las leyes de la Nación y deben honrar su mandato e investidura, se han ocupado de hacerlo, incumpliendo con el compromiso que asumieron al decidir formar parte de esa comisión.
En la actualidad más que nunca, es necesario que quienes han asumido la responsabilidad de conducir los destinos de las mutuales, de las federaciones y de las confederaciones, analicen con el máximo rigor que sea posible, todas las debilidades que tiene el mutualismo en nuestro país, para adoptar medidas que lo fortalezcan y revertir el generalizado mal concepto que hay en la población, como también la histórica confusión que se tiene con las obras sociales por la falta de difusión y el incumplimiento del Art. 90 de la Ley 26.206 de Educación Nacional que lleva más de 10 años de vigencia y todavía no se cumple como corresponde a una ley de la Nación.
Está muy claro que ante cualquier medida que se le pretenda aplicar y que pueda perjudicar a este sistema, las mutuales están expuestas al riesgo de desaparecer, porque vulnerar las exenciones dispuestas por la Ley de Mutualidades y la Ley de Impuesto a las Ganancias, dará lugar a que en el futuro se lo utilice como argumento para gravar toda la actividad y con una mayor cantidad de impuestos.
Quienes conocemos muchas mutuales que son ejemplos para sus asociados y para la comunidad, que están conducidas por hombres y mujeres probos, también sabemos que fuera del sector predomina el desprestigio, porque como es habitual en el pensamiento e imaginario generalizado de nuestra población, si hay una entidad que no cumple o no respeta su naturaleza, se piensa que ninguna lo hace. Esto último, además de perjudicar directamente al sector por el desprestigio que conlleva, constituye un grave riesgo de que se adopten medidas para todas las entidades, porque hay personas que no respetan ni practican los altos principios y valores que tiene su doctrina, y de ese modo, se perjudica directamente a todos los asociados que confían en sus organizaciones porque hacen su aporte para recibir sus servicios.
Es tiempo de trabajar para depurar al sector, apartando a una minoría que le causa los mayores daños, porque no debe aceptarse ningún tipo de transgresión para defender al mutualismo genuino.
Es cierto que nuestra sociedad no recibe buenos ejemplos de quienes han tenido y/o tienen las máximas responsabilidades en muchos ámbitos, especialmente quienes no honran su investidura en el ámbito político, pero ello no habilita a nadie a obrar en consecuencia, muy por el contrario, quienes han asumido la responsabilidad de conducir a las entidades del mutualismo, tienen la obligación de ser una fuente que muestre los mejores modelos a través de conductas ejemplares a los asociados de las mutuales pero también a toda la sociedad.
Por supuesto que en el estado de cosas que estamos viviendo, nada es sencillo, pero ello no es un motivo suficiente para que alguien se amilane o tenga temor de ser señalado por quienes precisamente no tienen la autoridad ética para hacerlo.
Es una señal preocupante por el tema que nos ocupa, que al cierre de la presente edición, el Gobierno haya conseguido avanzar en el Senado de la Nación con la sanción de parte del paquete de medidas como los proyectos de Ley del Pacto Fiscal y la reforma jubilatoria, y logrado que veintitrés provincias hayan firmado este acuerdo en un tratamiento `express´.
Todo esto, negando la intervención de la Comisión de Coparticipación Federal -pues se modifican impuestos coparticipables-, en una votación que resultó de 47 a 18. Ese resultado anticipó el siguiente tratamiento y la habilitación de los temas por lo que consiguió los dos tercios que necesitaba, pues el dictamen no había cumplido el plazo reglamentario.
No hacemos juicio sobre esto, ni abrimos polémica sobre estas reformas, lo que podemos decir es que la `manta es corta´ y que no está cubriendo a las mutuales.
Ahora, en lo inmediato, todo depende de la defensa que se haga de las entidades en cada localidad de nuestro país, con los intendentes, con los gobernadores, con funcionarios y otras autoridades. Sabemos que hay héroes en esta batalla, hombres y mujeres dirigentes que lo han dejado todo para mostrar las bondades del sistema, que se están reuniendo con cada senador, con cada diputado, con funcionarios del más alto nivel, dando información y fundamentos, y dejando de lado sus otras actividades y hasta su vida familiar.
Estas personas son las que tienen un lugar en la historia del mutualismo y todos pueden ser los héroes, que en estos momentos críticos, la Mutualidad argentina necesita.
