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25 años es mucho

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Mundo Mutual
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Mundo Mutual es un periódico mensual de alcance nacional sobre los acontecimientos más relevantes del sector mutualista argentino.

Por Alejandro Galay

La escalada de los atentados terroristas en distintas partes del mundo durante las últimas décadas, en particular después del famoso y trágico 11 de septiembre con la caída de las torres gemelas, confirma una de las realidades más horrorosas si no la más que tuvo este nuevo siglo XXI: el rebrote ultraviolento de los fanatismos religiosos al viejo modo de las guerras medievales.

La particularidad que tienen casi todos ellos es que los culpables de dichos atentados fueron inmediatamente reconocidos y capturados. El caso de Atocha en España es quizás uno de los más cercanos para poder apreciar cómo un país que no es ni por asomo el más desarrollado en materia de inteligencia, pudo aplicar con eficiencia en unas pocas horas su fuerza coactiva. De esto se siguen los procedimientos penales de un sistema de justicia que pugna, en esencia, por castigar a los culpables, en virtud de lo cual los deudos de los damnificados pueden empezar a cicatrizar una herida eterna: la de la pérdida.

A fines del siglo XX, una oscura mañana de 1994 en el barrio del Once de Buenos Aires, Argentina padeció el recordado atentado a la mutual AMIA (previamente había sido la embajada de Israel), del que hace unos pocos días se conmemoró su 25 aniversario.

Aquí el proceso fue inverso: no se atrapó a los culpables (solo a meros personajes secundarios del ataque) a lo que siguió un juicio interminable plagado de irregularidades, encubrimientos, corrupción y desvíos que empantanaron cualquier chance de quitar el velo del terror, conforme a la vieja idea que alega que cuando la justicia llega tarde pues ha dejado de ser justicia.

A tal efecto, queda poco por agregar a esta fatídica saga de connivencias, desaciertos, ineptitudes y omisiones imperdonables que incluye a todos los gobiernos democráticos a partir del de Menem en adelante.

Este periódico, que se especializa en las actividades sociales de las mutuales argentinas, no quiere dejar pasar esta oportunidad para sumarse al reclamo de justicia como a la indignación por los públicos y notorios estropicios que ha sufrido la causa de la voladura de la AMIA, presta incluso al avivamiento de las más bajas pasiones de algunos sectores de la sociedad, afines a todos las maneras posibles que reviste el antisemitismo (por derecha, por izquierda, gnósticos, místicos, laicos, etc.).

El poeta francés Paul Celan, cuya familia fue brutalmente masacrada por el genocidio nazi, escribió: “Die Welt ist fort, ich muss dich tragen”, “El mundo ha partido, yo debo cargarte”. Así, se interpreta que quien sobrevive y carga con el duelo tiene la responsabilidad futura por el muerto que ya no está: lo lleva con él. Cuando el otro muere, cuando el ser amado ha partido, debo cargarlo conmigo, en mis espaldas, en mi conciencia, y hacerlo mío, llevarlo dentro de mí, así como la madre lleva en su vientre al hijo por nacer (el que aún no ha advenido al mundo). He ahí la responsabilidad infinita de la ley: no hay mundo, no hay tierra, es el fin, y debo llevarte conmigo, cargarte hasta el final, hacernos uno. Se trata de una declaración de amor, de cuidado y de supervivencia donde se alza la ética de la responsabilidad hacia el otro amado (el que partió dejándome su terrible ausencia).

A los familiares de las 85 víctimas que cargan con ese duelo y su consecuente reclamo de justicia, dedicamos, desde nuestro humilde lugar, este número de Mundo Mutual.

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