Sólo podemos intervenir advertimos alguna amenaza, o ante una injusticia o perjuicio.
Sin embargo, a pesar de la inequidad y la injusticia del proyecto de Ley Tributaria, hubo muchos buenos dirigentes mutualistas que se sintieron vencidos de antemano, pensando que “todo estaba perdido” y que era un impedimento infranqueable el pacto fiscal con los gobernadores.
Desde “Mundo Mutual” pensábamos que no era así, y por eso enviamos nuestros argumentos en contra del proyecto a todos los legisladores nacionales y al Presidente de la Nación.
Lo cierto es que ninguna aspiración es lógica o puede hacerse realidad si se la juzga por lo que es cotidiano, y no valdría la pena hacer esfuerzos porque pueden parecer inútiles y sin sentido.
Por eso se necesitaban personas dispuestas a creer que lo que parece imposible, puede revertirse; que consigan expresar en la oportunidad, su firme convencimiento de las bondades del sistema mutual; que demuestren sacrificios y su compromiso por la supervivencia del mutualismo, todo en el vértigo de los acontecimientos y en el breve plazo que se disponía.
Varios dirigentes mutualistas hicieron honrosas gestiones, por las que la Mutualidad les quedará agradecidos, pero consideramos que el Presidente de la CAM, Lic. Alejandro Russo, torció el rumbo de lo que estaba destinado a suceder en el recinto. Se preparó organizadamente, como lo reconoció el Diputado Brügge públicamente en la sesión, y a través de agotadoras reuniones con diputados y senadores en las que le iba, según su propia expresión, “bien, regular y mal”; también publicó artículos en diarios de la Ciudad de Buenos Aires y del interior, y solicitadas; a lo que se sumaron los dirigentes de sus Federaciones adheridas, con Intendentes, Gobernadores y funcionarios de alto nivel; así sin descanso, no permitió que los obstáculos lo desanimaran y cuando se realizó la sesión que trató el proyecto, se dio cuenta, por la cantidad de votos que favorecieron al mutualismo, que había superado sus propias metas.
La eficiencia que posee un dirigente no se plasma solamente en lo que hace, sino también en cómo lo hace; qué intensidad, qué fuerza, qué compromiso hará que se le abran las puertas y no dejarse apartar de su rumbo.
Esto es lo notable y por eso lo destacamos, porque a pesar de las presiones y opiniones pesimistas, no hizo concesiones al respecto. ¿Qué sería ahora del mutualismo si se hubiera consensuado como proponían algunos diputados, una alícuota menor, pero quedaban gravadas?
Se hubiera lesionado para siempre el derecho a las exenciones, y los servicios pasarían a ser en poco tiempo objetos gravados por una administración pública cuyo déficit parece no poder neutralizarse. El mutualismo y el cooperativismo hubieran perdido un derecho legítimo y ya nunca más sería lo mismo.
Lo interesante de este tema, es que se buscó crear la salida necesaria, con todos los argumentos que se disponían, reuniones agotadoras, solicitadas, se comprometió a funcionarios, intendentes, gobernadores. Se les presentó el sistema mutual como lo que es, una organización de la comunidad, pero sobre todo, se hizo con mucho esfuerzo y decisión. Y esto ocurre solamente cuando se cree que se puede hacer realidad un objetivo por más difícil que parezca.
Este logro demuestra que todos podemos hacer un aporte para lograr el cambio que necesita el mundo, porque hacer lo extraordinario con recursos comunes no es tarea fácil, pero al lograrlo, transforma al desafiante en alguien diferente para siempre, con un “antes y un después” en su vida.
Este hecho también nos anima a pensar que todavía existe para la mutualidad otra gran batalla, que es una necesaria reconstrucción, que en vista de los resultados obtenidos en esta instancia, también la creemos posible, y que todo el sector trabaje en conjunto para los temas de interés común.
Los paradigmas que evitan el cambio, son nocivos para la creatividad y la inspiración, y obstaculizan el crecimiento el sector.
Hay que recordar que lo que nos une, es siempre mayor y más importante que lo que nos separa, por eso hay que poder concentrarse más en las similitudes que en las diferencias.
Habrá que plantear un rumbo, un horizonte, en que lo más importante será lograr un buen resultado, para ir avanzando en forma sostenida detrás de una gran visión, transmitiendo a todos un mensaje de armonía y cuidando el vínculo por sobre todas las cosas.
La calidez y la generosidad son definitivamente virtudes mutualistas, para festejar los éxitos y compartir lo que se tiene y lo que se sabe. Como también lo es tener presencia física o emocional para generar lazos sólidos y profundos y priorizar la aceptación de los demás, valorarlos tal como son.
También hay que reconocer que no sólo hay que unirse con los pares por la fortaleza y acompañamiento en los problemas que tenga que resolver el sector, sino siempre, porque es mejor caminar acompañados para alentarse en el camino.
Los invitamos a emprender la creación de nuevos momentos especiales.
Después de una gran proeza, viene otra. El Mutualismo ya está suficientemente preparado para esto.
