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Una mutual escolar en Trelew

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Felipe Rodolfo Arella
Felipe Rodolfo Arella
Lic. en Cooperativismo y Mutualismo (UMSA). Magíster en Animación Sociocultural (Universidad de Sevilla). Ex-Presidente del CGCyM. Periodista, docente e investigador especializado en Economía Social y Solidaria, Género y Desarrollo Local.

Hace pocos días la municipalidad de Trelew otorgó matrícula a la mutual escolar constituida en la escuela provincial N° 50 “Capitán Antonio Oneto”, primera entidad de esta modalidad en esa ciudad chubutense.

El hecho es auspicioso y esperamos que otras mutuales escolares, como también cooperativas escolares, se organicen en esa y otras provincias porque de tal manera se irán materializando las ideas que precursores del cooperativismo escolar, como Emilio Bottini y Horacio Ratier predicaban, siete décadas atrás, y que lograron la sanción de la ley nacional N° 16.583 del año 1964, porque estaban convencidos, como lo expresaran en su libro “El cooperativismo en la Escuela Primaria”, de que:  “Las cooperativas escolares son verdaderas escuelas prácticas donde el alumno, actúa con todos los formidables secretos y ventajas morales, sociales y económicas de la cooperación”.

Si bien en esa época solamente se pensaba en el cooperativismo escolar, años después comenzó a expandirse la idea que también sería importante que el mutualismo también se enseñara prácticamente en los establecimientos de enseñanza de todos los niveles, criterio que quedó materializado en el artículo 90 de la ley 26.206 que expresa: “El Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología promoverá, a través del Consejo Federal de Educación, la incorporación de los principios y valores del cooperativismo y del mutualismo en los procesos de enseñanza aprendizaje y la capacitación docente correspondiente, en concordancia con los principios y valores establecidos en la Ley N° 16.583 y sus reglamentaciones. Asimismo, se promoverá el cooperativismo y el mutualismo escolar.”

Finalidad del mutualismo y cooperativismo escolar

Creo que en las mutuales y cooperativas escolares el primer objetivo debe ser lograr que los alumnos comprendan la importancia del respeto a sus compañeros, las normas, los compromisos asumidos y la equidad.

Este tipo de entidades se constituyen con el objetivo, como señaláramos anteriormente, de ser escuelas de moralidad cooperativa y mutualista, en el que cada uno de sus miembros debe actuar responsablemente, ayudar a sus compañeros en las medidas de sus posibilidades y ser ayudado por ellos de la misma manera. Ello, en principio, pero además la mutual o cooperativa, como organización social, debe operar pensando que cuando sus miembros vayan dejando la escuela lo hagan fortalecidos para poder desenvolverse en la comunidad con fortaleza intelectual y libertad personal.

Uno de los problemas que actualmente se viven en las sociedades, tanto de nuestro país como de otros tantos, sin distinción del nivel de desarrollo económico, es la deshumanización en las relaciones interpersonales como consecuencia de la indiferencia hacia los otros, la urgencia en la obtención de lo que se desea y el aislamiento en el que cada uno se sumerge. He podido observar, en los últimos años, cómo los jóvenes y adultos que se reúnen en un bar o restaurante charlan con el celular en la mano y recurren a él con gran frecuencia para leer y transmitir mensajes o para buscar información que refuerce sus opiniones en vez de recurrir a lo que, seguramente, tienen almacenado en su memoria personal.

Las personas de cualquier edad van dejando de hablar, de intercambiar opiniones, de argumentar cuestiones cara a cara y se comunican a través de redes sociales inmensas o sectorizadas. Es una nueva forma de vivir que debilita los vínculos sociales, los vínculos de la civis, es decir de la ciudadanía. Debilitado el vínculo ciudadano, se debilita la democracia.

En las mutuales y cooperativas escolares, sus tutores o docentes guía pueden orientar a los niños y jóvenes en la búsqueda de actividades que refuercen los vínculos interpersonales entre ellos, como por ejemplo la lectura y discusión de textos, la presentación de obras de teatro, la producción de juguetes simples para ellos, sus hermanos menores o chicos de afuera del colegio. También podrían incluirse concursos deportivos y artísticos.

La programación de esas actividades debe contemplar la participación de todos los asociados a la mutual o cooperativa escolar asumiendo responsabilidades específicas de cumplimiento del proyecto.

Estas entidades pueden contribuir, también, a que muchos conocimientos alcanzados en la currícula escolar de forma teórica se materialicen en la práctica; por ejemplo: la figura del hexágono pude convertirse en un posafuente; un poema puede dar lugar a un cuadro; una clase de ciencias naturales sería la base para la producción de esencias florales o la producción de plantines de hortalizas.

Cooperativas y mutuales escolares deben resaltar los beneficios del trabajo conjunto, la investigación, la aplicación de conocimientos en la vida cotidiana y, fundamentalmente, la aplicación práctica, palpable, de la solidaridad.

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