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¿Es la Telemedicina la solución eficaz para los problemas de salud en vuelos comerciales?

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Dr. Mario F. Bruno
Dr. Mario F. Bruno
Presidente de la Sociedad Argentina de Periodismo Médico; Vicepresidente de la Sociedad Argentina de Cancerología; Presidente del Comité de Cuidados Paliativo de AMA (Asociación Médica Argentina); Presidente del Comité AntiTabaco de AMA Vicepresidente de UATA (Unión Antitabáquica Argentina); Director de los cursos anuales de 1) Periodismo Médico 2) Cancerología, 3) Cuidados Paliativos (AMA); Miembro Emérito de ASCO (American Society Clinical Oncology); Miembro Titular de ESMO (European Society Clinical Oncology); Director Médico de Medicron S.A. (Centro Oncológico)

Recientemente se ha producido la muerte de cuatro pasajeros en vuelos de aerolíneas comerciales, hecho que nos lleva a reflexionar sobre cuáles son las afecciones más frecuentes en un viaje aéreo y cómo enfrentar las distintas situaciones que se plantean. Para eso, debemos conocer que los aviones comerciales modernos vuelan a altitudes de crucero de alrededor de 10 000 a 14 000 m, donde la temperatura exterior se encuentra entre -52 y -60 ° C y la presión del aire es de aproximadamente 200– 300 hPa (la presión del aire de la atmósfera estándar al nivel del mar es de 1013 hPa); por tanto, la cabina debe estar aislada y presurizada.

La presión de la cabina en una aeronave civil es de no menos de 753 hPa. Como esta presión es relativamente baja, la presión parcial de oxígeno en el aire de la cabina resulta un 25% a 30% más baja de lo normal. La presión reducida de la cabina produce fisiológicamente la expansión de los compartimentos cerrados que contienen gas y aire en el cuerpo humano, como los senos paranasales, el seno frontal y el oído medio. La baja presión parcial de oxígeno provoca una caída de la saturación de oxígeno de la sangre en valores del 92% al 95%. Esto hace que el pasajero necesite respirar con mayor frecuencia (hiperventilación), y además, que el corazón lata más rápido (taquicardia) para compensar.

El edema en los pies es común debido a la inmovilización combinada con la baja presión del aire ambiental. La baja humedad en la cabina, combinada con la hiperventilación, puede provocar deshidratación si el pasajero ingiere poco líquido durante el viaje.

Todos estos son cambios normales (fisiológicos), por las condiciones en el vuelo. Otro dato a tener en cuenta es el número de eventos médicos en el aire. Se estima que ocurre un incidente médico por cada 10 000 a 40 000 pasajeros en vuelos intercontinentales. Las afecciones pueden variar en gravedad desde una simple incomodidad hasta un parto o una reanimación cardiopulmonar hasta la muerte.

La gran mayoría de los incidentes médicos a bordo no son graves. Las afecciones más comunes en vuelo son enfermedades cardiovasculares, enfermedades neurológicas y eventos pulmonares. Estadísticamente, en el 80% de los casos, viaja un médico u otro personal de salud (por ejemplo, enfermera, técnicos, etc.) que presta ayuda a bordo en los problemas clínicos comunes.

En general las afecciones pasajeras que más aparecen en vuelo son: mareos, desmayo, dificultad para respirar, dolor de pecho, náuseas, vómitos, diarrea, dolor de cabeza, y cólicos. La reanimación cardiopulmonar en vuelo y la muerte son eventos raros, ocurriendo en un promedio de uno por cada 5 a 10 millones de pasajeros.

Uno de los problemas que más relacionado está con los vuelos es la trombosis en las piernas. Sin embargo, no es un problema del avión, sino de estar quieto un período prolongado. Las estadísticas muestran que ocurre en un 0,5% de los pasajeros que vuelan más de 8 horas. El desprendimiento de parte de un coágulo puede taponar el pulmón.  La embolia pulmonar grave y sintomática es rara, siendo su frecuencia de cinco por millón de pasajeros en vuelos que duran más de 12 horas.

¿Cómo se manejan estas situaciones? Hasta el momento se entrena a la tripulación en primeros auxilios para emergencias médicas en vuelo que incluye el suministro de equipo médico a bordo. La opción adicional y que entendemos debería incorporarse a la brevedad en todos los vuelos, es la consulta médica especializada en medicina aeronáutica y de emergencia, desde tierra, a través de la telemedicina. Este personal de tierra altamente preparado, también pueden ayudar a evaluar la infraestructura médica disponible en tierra si se contempla un aterrizaje de emergencia. Actualmente, en Europa se están dando los primeros pasos para llevar la telemedicina a los aviones. A fin de ofrecer mayor seguridad a los pasajeros y ahorrarse los elevados costes derivados del aterrizaje de un vuelo por este motivo, algunas compañías aéreas consideran la posibilidad de instalar equipos de telemedicina en sus aeronaves.

La telemedicina ya se integra en la flota trasatlántica de una compañía aérea británica. El equipo informático instalado en la aeronave permite la evaluación de un paciente en vuelo a través de un electrocardiograma, de la toma de presión arterial, del pulso y la medición de la saturación de oxígeno en la sangre o la concentración de gas carbónico a través de la respiración. Los datos se envían desde la aeronave, por vía satelital a un hospital de Arizona, donde se precisa el diagnóstico y el tratamiento, y se indica al capitán la necesidad de que el avión aterrice en caso de que fuera necesario hospitalizar al enfermo.

Bienvenida la tecnología, que nos brinda una mayor seguridad en salud, en este caso para los pasajeros en vuelo.

Ilustración: Matías Roffe

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