Todas aquellas finanzas que adoptan un criterio ético e incluyen factores sociales y medio ambientales en sus decisiones de largo plazo pueden ser consideradas finanzas sostenibles.
Las mismas surgieron como motivación de responder a un público cada vez más concientizado en cuestiones sociales y medioambientales.
Dichas finanzas sostenibles se centran el medio ambiente y la sociedad, en basándose en la mitigación de los cambios climáticos y sus consecuencias; y por cuanto a la faceta social, se basan en la sostenibilidad, es decir en la satisfacción de necesidades del presente sin comprometer a las generaciones futuras, garantizando el equilibrio económico.
La génesis de estas finanzas las encontramos en los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), establecidos por la ONU, divididos en cinco focos: PERSONAS, PLANETA, PROSPERIDAD, PAZ Y ALIANZAS.
Dichos objetivos los ODS, plantearon una nueva agenda global basada en estrategias inclusivas y soluciones transversales.