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Mujeres argentinas en las ciencias

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Felipe Rodolfo Arella
Felipe Rodolfo Arella
Lic. en Cooperativismo y Mutualismo (UMSA). Magíster en Animación Sociocultural (Universidad de Sevilla). Ex-Presidente del CGCyM. Periodista, docente e investigador especializado en Economía Social y Solidaria, Género y Desarrollo Local.

Esta tercera nota está orientada a resaltar algunas de las numerosas mujeres que hacen ciencias duras en nuestro país. Como las dos anteriores, dedicadas a mujeres argentinas compositoras y directoras de orquestas sinfónicas, con ésta pretendo contribuir a la difusión de aquellas que son protagonistas en el campo científico, tan duro inclusive para los varones.

Los datos que brindo fueron extraídos de la página del Ministerio de Cultura de la Nación y de Wikipedia, y la selección que hice fue totalmente aleatoria.

Paula Alfieri 

Es Doctora de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).

Se especializa en el estudio de tratamientos protectores para evitar el deterioro de la madera.

Durante el 2020 estuvo a cargo de un proyecto con el que desarrollaron un spray que permite repeler y eliminar el coronavirus de distintas superficies. El producto ya está siendo usado en hospitales y centros de detección en la provincia de Buenos Aires.

Lucía Beatriz Chemes

Doctora en Ciencias Químicas, Magister Scientiae (MS) y
Licenciada en Ciencias Biológicas, es investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y docente en la Universidad Nacional de San Martín (UNSM).

Durante 2020 lideró un equipo de investigación que logró identificar ciertos mecanismos clave que se activan cuando el virus SARS-CoV-2 ingresa y se replica en las células.

Valeria Edelsztein

Doctora en Química, investigadora, docente universitaria y divulgadora cientifica.

Recién se decidió en el tercer año de la escuela secundaria, cuando una profesora de Química “le rompió la cabeza” al hablarle de modelos atómicos. Siguió la carrera de Química y luego se especializó en la didáctica de las ciencias naturales.

En un reportaje señaló “Por lo general, las mujeres estamos relacionadas con la salud, las humanidades y las ciencias sociales, y no tanto en las ingenierías, en informática, en matemática o física. Entonces tenemos esto que conocemos como paredes de cristal o segregación, es decir que vamos a unas áreas y no a otras, lo cual es un problema. Otro de los problemas es que no estamos en los puestos jerárquicos, nos cuesta mucho avanzar en la carrera científica y llegar por ejemplo a las mesas de decisiones.”

Karen Hallberg

Se dedica a la física cuántica y es investigadora principal en el Centro Atómico Bariloche, Instituto Balseiro. Recuerda que de chica era muy curiosa. Le interesaba saber todo y se preguntaba constantemente sobre la naturaleza y sobre cómo funcionaban las cosas. Quiso ser maestra, jugadora de tenis profesional, genetista molecular e ingeniera nuclear, hasta que terminó estudiando física cuántica.

En un mundo donde menos del 30% de los científicos son mujeres, Karen opina que las mujeres no son solo una minoría, sino que están lejos de ser protagonistas en la formulación de políticas destinadas a la ciencia.

Silvia Kochen

Es médica especializada en neurología, investigadora principal del CONICET y docente universitaria. Trabaja en el Hospital El Cruce, en pleno conurbano bonaerense, y en el Hospital Ramos Mejía. También es Secretaria de la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología.

“Elegí ser mamá y ser científica, ser pareja y ser científica, tener una militancia política y ser científica, jugar, pasear y ser científica, tener una activa vida social y ser científica y entre millones de “opciones” más que la vida nos va ofreciendo o quitando, sigo eligiendo, es decir, elijo o intento elegir todo”.

Florencia Labombarda

Es bióloga. Se recibió en la facultad de Ciencias Exactas y Naturales y se doctoró en Neurobiología, ambas en la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Florencia considera que hay tres acciones a trabajar para incentivar a las niñas a que se animen a formar parte de las carreras de ciencias:

  • Derribando los estereotipos de género que establecen que la objetividad, el pensamiento analítico y matemático son cualidades que tienen los hombres.
  • Mostrándoles que hay mujeres comunes, normales y que tienen vidas como cualquiera que hacen investigación. No hace falta ser Marie Curie y ganarse dos premios Nobel para ser científica. Bajemos la vara porque si no termina siendo algo inalcanzable.
  • Acercar la ciencia a las niñas, haciendo divulgación científica con perspectiva de género. No se trata sólo de contar historias de mujeres científicas sino encarar todos los temas biológicos (en mi caso) desde una mirada deconstruida.

Diana I. Pérez

Es doctora en Filosofía e investigadora principal del CONICET. También docente universitaria y especialista en metafísica de la mente y filosofía de la psicología.

Piensa que es muy importante el ejemplo, y que las niñas y los niños vean mujeres haciendo ciencia, que se visibilice su posibilidad de participación. Incluir en las clases de historia figuras femeninas, así como en el canon de materias como literatura o filosofía, es importante leer poemas de Francisco Quevedo, pero también de Sor Juana Inés de la Cruz. Es necesario mostrar ejemplos de mujeres que han hecho valiosos aportes en todas las disciplinas.

Ana María Franchi (Buenos Aires, 12 de agosto de 1956) ​ es una química argentina que preside el CONICET desde el 10 de diciembre de 2019. Es Investigadora Superior del organismo en el Centro de Estudios Farmacológicos y Botánicos (CEFYBO).

En 1974 comenzó a estudiar la Licenciatura en Química de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires de la que se graduó en 1980. Luego realizó un doctorado en Ciencias Químicas del que se graduó en 1985 con una tesis sobre hormonas y prostaglandinas en el útero. Luego de doctorarse comenzó a estudiar sociología, carrera que finalizó pero nunca tramitó el título.

Ingresó como investigadora al CONICET, donde desarrolló su carrera hasta llegar al grado de Investigadora Superior. Su tema de trabajo es como prevenir el parto prematuro mediante un ambiente enriquecido. Desde su doctorado trabaja en el Centro de Estudios Farmacológicos y Botánicos (CEFYBO), del que es directora desde 2014. ​

En 1995, junto a Diana Maffía y Silvia Kochen comenzaron a reclamar políticas de género en el ámbito de la ciencia y la tecnología. De esta manera crearon la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología (RAGCyT), que Franchi actualmente preside. ​ 

Paula Inés Villar es una física argentina, especializada en decoherencia cuántica. Es doctora en Ciencias Físicas por la Universidad de Buenos Aires e investigadora adjunta del CONICET. En 2009 obtuvo una beca UNESCO-L´Oreal a mujeres en ciencia por su trabajo en fluctuaciones cuánticas y de coherencia en sistemas abiertos.

Las que abrieron caminos

Irene María Bernasconi (1896 – 1989)

Fue una bióloga marina argentina especializada en búsqueda de Echinoderma y conocida por su trabajo en el antártico, en el sector argentino.​​​ Fue la primera especialista de equinodermos en Argentina y durante 55 años estuvo conduciendo búsquedas de equinodermos encontrados en el mar argentino.

Su primer trabajo científico fue publicado en 1925 y trata sobre los erizos de mar obtenidos en la primera expedición a Tierra del Fuego enviada en 1921 por la Facultad de Ciencias, Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. Sobre el curso de su carrera, Bernasconi describió varias especies y un género nuevos para la ciencia. Sus primeras especies nuevas fueron del género Pteraster, P. marplatensis y P. argentiniensis, publicadas en 1935. En 1941 describe dos especies nuevas para la ciencia del género Luidia, L. doellojuradoi y L. patriae. En 1957 publica una completa monografía sobre los Equinoideos (erizos de mar) de Argentina. Entre 1937 y 1980, Bernasconi revisó la taxonomía de un número de familias: Pterasteridae, Luidiidae, Odontasteridae, Gonisasteridae, Ganeriidae, Asterinidae y Echinasteridae. En 1965 describió el nuevo género de estrella de mar de profundidad: Vemaster, junto con cuatro especies nuevas. También trabajó y publicó en coautoría con Marta D’Agostino sobre la sistemática de las estrellas quebradizas u ofiuras del mar argentino y de aguas antárticas. Su último trabajo científico fue publicado en 1980 en la que realiza la revisión de la sistemática de la familia de estrellas de mar Echinasteridae de la Argentina.

En el verano de 1968, Bernasconi se convirtió en una de las cuatro primeras científicas argentinas que realizaron trabajo de campo en la Antártida tras viajar allí a los 72 años. ​ Estuvo acompañada por otras tres científicas: la microbióloga María Adela Caría, la bióloga marina Elena Martínez Fontes y la botánica Carmen Pujals. Todas formaban parte del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia.

Elena Dolores Martínez Fontes (Buenos Aires, 12 de enero de 19154 de mayo de 1989).

Bióloga argentina, especialista en invertebrados marinos. Es conocida por integrar el grupo de científicas llamado “las cuatro de Melchior” (en referencia a la base temporaria argentina en la Antártida) junto con las argentinas Irene Bernasconi, especialista en equinodermos, a la bacterióloga María Adela Caría y la especialista en algas marinas Carmen Pujals.

Recién recibida, ocupó el puesto de “Ayudante supernumerario” para la preparación y clasificación de material del laboratorio de Protistología del Museo Argentino de Ciencias Naturales. En 1947 se trasladó a la Sección de Invertebrados Marinos del museo. Luego de varios viajes de formación y de recolección de muestras, en 1973 asumió como jefa de dicha sección.2​ En 1960 ingresó a la carrera de investigación científica del CONICET

María Adela Caría

Fue una bacterióloga argentina, jefa de microbiología del Museo Argentino de Ciencias Naturales e investigadora del CONICET. 1​ Formó parte del grupo de científicas conocidas como las “Cuatro de Melchior” que participaron del primer trabajo de campo en la Antártida. Por sus trabajos en la Antártida un cabo lleva su nombre: cabo Caría.

En noviembre de 1968, Caría participó de la expedición a la Antártida junto a Elena Martínez Fontes, Irene Bernasconi y Carmen Pujals. Embarcada en el ARA Bahía Aguirre fue trasladada hasta la Base Melchior, donde trabajaron durante el verano recolectando ejemplares de la Antártida. Durante la expedición recorrieron en bote mil kilómetros de la Antártida, y lograron realizar desembarcos para la toma de muestras. ​ Sus investigaciones aportaron al conocimiento de algas marinas, esponjas silíceas, estrellas, erizos de mar y otros invertebrados, así como al entendimiento de la microbiología ambiental. ​

Carmen Pujals (19162003)

Fue una botánica, algóloga, profesora, y exploradora argentina. ​Era originaria de Buenos Aires, hija de catalanes, y a los 5 años con su familia, se trasladaron a la ciudad de Barcelona, estudiando la primaria y la secundaria allí. Admiradora de la naturaleza y su interés por la botánica, en 1935 ingresa a la Universidad de Barcelona para estudiar Biología. Su familia, presintiendo una guerra civil, decidió volver a Buenos Aires. En 1936 ingresó a la Universidad de Buenos Aires, reiniciando sus estudios en Ciencias Naturales.

Fue jefa de Trabajos Prácticos de la cátedra de Criptógamas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, con el Dr. Alberto Castellanos (18961968), su maestro y guía en el estudio de algas marinas. Ya graduada, en 1947 comenzó sus actividades de investigación en el “Laboratorio de Ficología Marina”, del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia (MACN), donde transcurrió su trabajo durante más de 50 años.

Emma V. Pérez Ferreira ​​(1925 – 2005)

Fue una física argentina que contribuyó inmensamente en el avance de la ciencia de su país y fue pionera de la informática en Argentina.​ Desarrolló su labor en la Comisión Nacional de Energía Atómica, siendo la primera mujer en ocupar la presidencia de dicho organismo. ​

Nació en Buenos Aires el 2 de abril de 1925. Estudió Ciencias Fisicomatemáticas en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y obtuvo su licenciatura en 1952. Fue docente en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Se doctoró en Física en 1960, realizando luego cursos de posgrado en las universidades de Durham en Inglaterra y de Bolonia en Italia, becada por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), siendo una de las primeras integrantes del plantel de científicos de esta prestigiosa institución. En ella desempeñó cargos de alta responsabilidad dedicándose en sus inicios a la investigación científica en el campo de la física nuclear de altas energías. Fue jefa del Departamento de Física Nuclear durante diez años y luego Directora de investigación y desarrollo.

En 1976 fue designada jefa del proyecto TANDAR (Tándem Argentino), una máquina aceleradora de iones pesados, que colocó a la Argentina en la vanguardia de la física nuclear experimental. Desde 1985 hasta 1989 fue miembro del Consejo para la Consolidación de la Democracia creado por el presidente Raúl Alfonsín. En el período de 1987 a 1989 fue presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica.

Foto: Bernasconi, Pujals y Caria

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