Cada año festejamos el primer sábado de octubre el Día del Mutualismo, con el agregado que se volvió costumbre, “Nacional”. Porque a través de los años seguimos ratificando la importancia de extender esta práctica solidaria a todas las poblaciones del país, desde las más reducidas en población hasta las más populosas.
La mutualidad argentina, que exhibimos con bien ganado orgullo en el ámbito universal, ha sido y sigue siendo hoy, la respuesta a múltiples necesidades de un sector de la población que un día descubrió que agrupados en un colectivo de ciudadanos, su calidad de vida, en situaciones en particular, pero también en general, aumentaba.
Este día -que desde Mundo Mutual festejamos a lo largo del mes- fue instituido por el Decreto N° 22.946 del 25 de septiembre de 1945, con intervención de la Secretaría de Trabajo y Previsión (División Mutualidades y Descanso), Secretaría que estaba a cargo del entonces Coronel Juan Domingo Perón.
A 77 años de que se instituyera este Día del Mutualismo, recordamos la inalterabilidad de la esencia mutualista expresada en los considerandos del Decreto:
“Que el mutualismo constituye en el país, actualmente, un esfuerzo ponderable de agremiación, alcanzando una magnitud y un relieve insospechado;
Que el desarrollo de la acción privada de dichas instituciones redunda en beneficio de la masa obrera del país, evitando en sí el pauperismo;
Que el punto de partida de los sistemas de seguro social lo construyeron las organizaciones mutualistas sobre los mismos principios fundamentales que dieron vida a éstas;
Que todo lo que el Estado haga por intermedio de sus organismos oficiales para difundir y estimular el mutualismo, significará un movimiento profundo contenido social.”
El mutualismo argentino, que nunca se detuvo, alcanza en la actualidad las 3.843 mutuales, según señala el INAES, y podemos asegurar que la sola existencia de millones de argentinos que participan de la gran familia mutual da testimonio de la fortaleza del sector; acorde al principio de libre asociación, no existe otra razón para mantener el vínculo que una fidelización basada en el beneficio mutuo: el de un asociado con otro asociado, a través de acciones administradas por la entidad, potenciadas por la representación inteligente del colectivo de asociados.
En términos simbólicos, la mutual es la casa que cobija a sus miembros, y en términos reales, la que mejora la calidad de vida en cada instancia de la que participa el asociado. Y quien participa de esta experiencia, no dudará en dar su testimonio, que no será otro que el de la plena satisfacción.
A todos y todas, mutualistas argentinos y argentinas, ¡SALUD!
