por Alejandro Russo
Este año, fui premiado en trabajar por el bien del mutualismo y del cooperativismo junto a un gran hombre. Un experto en el arte de la política, una persona comprometida con la Economía
Social y Solidaria, y lo más importante una gran ser humano.
Antes que asumiera Mario Cafiero como Presidente del INAES y nosotros como Directores, con él y un grupo reducido de dirigentes esbozamos un proyecto de INAES que estaba centrado esencialmente en la jerarquización de la ESS, en su visibilización
positiva, y fundamentalmente en como podíamos hacer dentro de la norma una mejor vida Institucional para las organizaciones mutuales y cooperativas, y fundamentalmente reconocer a aquellas que ocuparan un fuerte rol social y que su trabajo se enmarque en un compromiso permanente con sus comunidades.
Durante estos nueve meses, en un escenario adverso producto de la pandemia COVID 19, logramos cumplir ese objetivo. Ese flagelo cambio la forma de pensar y afecto la forma de trabajar y de ver a no solamente los distintos organismos del estado, sino
a toda la comunidad.
Si bien Mario, al asumir la presidencia del INAES se encontraba enfermo, tenia un espíritu muy fuerte y una vocación de servicio muy firme, que nos convenció que estaba sano. Siempre antepuso su trabajo a su salud. Lo hizo, como si nada pasara, hasta su último miércoles que participo de la reunión de Directorio.
Se fue un gran hombre, pero su legado queda.