El título remite a una expresión que es una redundancia, porque prácticamente ambas palabras significan lo mismo: fácilmente perceptible por los sentidos, claro y manifiesto. Y no está mal ese uso, porque la finalidad es poner énfasis en lo que se pretende trasmitir, y es, en todo caso, una licencia semántica.
Hay decisiones colectivas que se traducen en resultados fundamentales, que producen cambios estructurales que se revierten sobre su propio quehacer; la decisión colectiva es consecuencia de la suma de decisiones individuales, como lo es una votación: en una asamblea, o en una elección de autoridades gubernamentales.
A nivel nacional, cada dos años el colectivo ciudadano decide a quién elegir para que lo represente: desde un concejal hasta el presidente de la República. En este punto es que debe tomarse conciencia de que el ejercicio democrático del voto, con ser individual, adquiere una enorme importancia en la suma que establecerá “la” decisión colectiva. Elegir uno o varios candidatos para que nos representen durante un determinado tiempo tiene, a nivel individual, un compromiso que tanto puede tomarse a la ligera, como practicarse con conciencia cabal de qué es lo que se vota.
Lo que se pone en juego es la subjetividad de cada sujeto, que independientemente de su auto percepción respecto de la política, ejecuta una acción política, tanto cuando va a votar, como cuando deja de hacerlo, por propia voluntad. Atravesada por infinidad de mensajes que intencionalmente buscan moldear una posición en el elector, en beneficio de quienes los profieren, o bien, emplean un ejército de comunicadores para que los resultados respondan a sus intereses, la subjetividad se pone a prueba para decidir en función de los intereses del elector, o bien para transferirle al representante esa potestad, como contrato irrevocable por el tiempo que la ley estipula.
En el mutualismo se trabaja permanentemente en la prevención: característica fundante de las instituciones centenarias o recientes; todas, sin excepción, desarrollan servicios que tienen como propósito común que sus asociados y asociadas eviten consecuencias irreversibles, asumiendo el precepto de que prevenir es mejor que curar. Una cuestión de salud, pero también, económica.
Si es importante elegir autoridades en una institución sin fines de lucro, lo mismo ocurre con las elecciones municipales, provinciales y nacionales. Es el momento de reflexión crucial para no actuar con obduración, y proteger los intereses de cada uno, con la sana expectativa que la mayoría que comparte su espacio social, piense y actúe de la misma manera. Con claridad meridiana.
