Manuel Vázquez es el presidente de la Asociación Italiana y fue entrevistado por Mundo
Mutual. A través del diálogo hemos conocido la importancia que una entidad mutual puede
llegar a tener para la comunidad a lo largo del tiempo. Fundada hace ciento trece años –el 5 de
noviembre de 1905– por un grupo de italianos residentes en el partido de Pilar.
Por Felipe Rodolfo Arella
Nuestros abuelos fueron muy previsores porque al redactar el primer estatuto establecieron
que sus asociados podían ser todos aquellos que amasen la cultura italiana, no que fueran
italianos de tal o cual región. De esa manera aseguraron la vida institucional a través del
tiempo. Es por eso que yo, con apellido español, puedo ser directivo de la Mutual, más allá
de que soy nieto de italiana.
Sus fundadores fueron inmigrantes italianos procedentes sobre todo del norte de Italia:
Piamonte, Véneto, Lombardía y su objeto primordial era mantenerse relacionados, hablar la
misma lengua, mantener sus tradiciones, revivir su historia común, en una tierra tan alejada de
su patria.
Muchos inmigrantes llegaban con una mano atrás y otra adelante La Asociación comenzó
brindando ayuda económica y asistencia médica; y gestionó con los comercios del pueblo el
otorgamiento de créditos a sus asociados. Con el tiempo compran un predio frente a la plaza
de Pilar donde, en 1940, construyeron la sede social y un cine teatro, el Gran Rex, que desde
hace años quedó desactivado y la sala fue alquilada a una empresa comercial, mientras que
en el primer piso se construyó una sala de teatro con capacidad para 80 personas. Allí
también se dan clases de teatro. En el último piso de ese edificio funciona le TV local.
También en 1962 construyeron en el cementerio un panteón para la inhumación de sus
asociados.
El crecimiento poblacional de Pilar hizo abrir las puertas de la mutual a la comunidad y se
fueron asociando personas que no eran italianas, algunas que estaban casadas con italianos o
sus descendientes y otras que simplemente, como exigía el estatuto de la entidad, amaban la
cultura italiana. Además, también pueden utilizar las instalaciones y sus servicios los no
asociados con el pago de una cuota diferencial.
La Asociación – de 650 asociados – tiene actualmente su sede social en un predio de media
hectárea a diez cuadras del centro de Pilar. Hay varios edificios destinados a aulas donde se
enseña italiano (gratis para los niños) e inglés, pintura (hacen una muestra anual que se inaugura una semana antes a la fecha de celebración del aniversario de la entidad) y zumba, salones para fiestas, canchas de paddle y de fútbol que se usan para las clases de futbol a niños y jóvenes que también se alquilan, un salón para aprender patinaje al que asisten 1.400 chicos, principalmente niñas, un amplio gimnasio con aparatos, espacio para la enseñanza de
artes marciales y un gran galpón en el que se pueden realizar actividades comunitarias.
También cuenta con una confitería recientemente remodelada.
Este predio lo tenemos gracias a la visión de futuro que tuvieron nuestros abuelos que
compraron los primeros lotes de esta manzana que en aquella época lindaba con el campo y
que luego fuimos ampliando comprando lotes linderos. Las construcciones están rodeadas de
jardín perfectamente cuidado porque, nos dice Vázquez, enseñamos a los chicos y a los
grandes a usar todas las instalaciones y a cuidarlas.
Del ayer al mañana
Cuando se fundó la mutual sus asociados buscaban estar juntos, tener un punto de encuentro,
verse y reconocerse. Eran frecuentes las reuniones familiares para la celebración de diversos
acontecimientos.
Desde un primer momento contamos con la presencia de numerosas mujeres asociadas, algo
que continuamos alentando. En 1957 el consejo directivo realizó un homenaje a las primeras
asociadas de la institución, que fueron más de treinta.
Desde hace años el comportamiento de la sociedad ha cambiado y las personas se fueron
haciendo cada vez más individualistas. En algún momento pensamos reactivar el cine pero
nos dimos cuenta que no podíamos competir con las nuevas salas ni con la costumbre cada
vez más arraigada de quedarse en la casa mirando las películas por televisión. También
quisimos construir una pileta de natación pero la mayoría de nuestros vecinos tienen una
pileta en su casa, sea grande o pequeña, de material o de lona y no tenía sentido hacer una
inversión en una pileta que sería muy poco utilizada.
Afortunadamente contamos con la presencia de muchos jóvenes y alumnos de los colegios
que vienen a practicar deportes a diario y personas adultas que asisten a nuestros cursos.
Constantemente alentamos a los jóvenes a ser parte de la mutual para que esta continúe
activa y se proyecte en el tiempo.
Creemos en la necesidad de la renovación en los órganos de la mutual porque hay que ser
conscientes de que hay que estar al tanto de lo que ocurre hoy en nuestra sociedad y tener las
energías necesarias para dar nuevas respuestas a los nuevos problemas.
Como todo ha ido cambiando, también cambió el concepto que los mayores teníamos de los
jóvenes y que nos hacía desconfiar de ellos. Hoy procuramos incorporarlos a la institución
porque en ellos estará el futuro de la misma. No hay que pisar los brotes; hay que alentarlos
a participar en el consejo directivo desde ahora y no esperar a mañana. En cada
oportunidad que se me presenta insto a los jóvenes a ser parte de la mutual como directivos
porque, por ejemplo, hay cosas como la nueva forma de llevar la administración con
programas contables que a los mayores que no somos profesionales en la materia se nos
escapan, mientras que los jóvenes vienen con un conocimiento sobre la computación. Por
otra parte, los problemas actuales los resolverán mejor las nuevas generaciones.