En un país que entra en una etapa de ajustes y recesión, como el nuestro en el momento actual, es imprescindible que las entidades de la Economía Solidaria estén presentes para acompañar a la comunidad con los apoyos y la contención que la misma necesita.
El mutualismo siempre ha sido sensible a los problemas que se presentan en las situaciones de crisis, se ha ocupado de mejorar la calidad de vida de los habitantes y ha atendido sus necesidades con una adecuada prestación de servicios.
Sin embargo, advertimos sobre la tendencia a ocuparnos de los problemas diarios perdiendo la visión de futuro y la conciencia para lograr que las nuevas generaciones tengan un país mejor.
No debemos seguir perdiendo oportunidades, y este es el momento justo para que todas las entidades se pongan a disposición de la sociedad, solamente con lo que saben hacer, con sus claros objetivos, sus Valores y Principios, de modo de quedar mejor posicionadas cuando la tormenta amaine.
El corazón de la gente es el mejor lugar para depositar la buena imagen de una mutual por lo que se hace para acompañar en un momento de riesgos y dificultades. Eso queda en el corazón de la gente y en su historia colectiva.
Deseamos que nuestras mutuales se transformen en un motor de búsqueda de soluciones; que sus directivos y equipos de trabajo estén alertas al menor de los reclamos; a la necesidad de trabajo; a problemas económicos; a promover el desarrollo local, y de ese modo, también evitar la emigración de los jóvenes y la fragmentación de las familias.
Ha cambiado la historia y hay que hacer todo lo que sea posible para superar las dificultades, como también, tener la palabra justa, la que mitigue la incertidumbre y estimule la esperanza.
Todo va a estar bien si analizamos la situación a tiempo, si rasgamos el velo del porvenir y vamos previendo las medidas que son necesarias. Podría ser que haya un problema en el costo del transporte y no se pueda viajar, podría ser muy gravoso el acceso a las escuelas. Podría ser que no exista capacitación en oficios en la comunidad, y tal vez sea posible brindar un servicio de formación en especialidades con salida laboral, y seguramente tendremos numerosos casos de personas que no tienen ninguna especialidad a los se podrá beneficiar, o también casos que desempeñan tareas ajenas a las que conocen, ante la acuciante necesidad de tener ingresos.
Y por otra parte, se prepararán futuros emprendedores y/o personal para ocupar puestos de trabajo disponibles para los que las empresas no encuentran personas idóneas.
Cada comunidad es un mundo que tiene necesidades propias y singulares y deberemos analizar este momento de nuestra historia con el ánimo de ofrecer soluciones específicas. Tenemos que apoyar y acompañar, no hay que dejar solo a nadie, porque no hay persona en este mundo que merezca la frustración de no disponer de las posibilidades para progresar.
Vaya nuestro especial reconocimiento a todos los dirigentes que se ocupan de la capacitación dictando cursos, y que a través de la difusión del Mutualismo y del Cooperativismo en las escuelas, están trabajando para el futuro de las nuevas generaciones. Del mismo modo, vaya también nuestro pedido a la dirigencia de las Federaciones y Confederaciones, que aunque fueron creadas para defender los intereses de sus asociadas, pueden ocuparse de brindar su importante aporte a las mismas, para que mucha gente recupere o no pierda la dignidad que da el trabajo y también para que se retome la Práctica de los Valores. Esto puede lograrse con el aporte de los dirigentes lúcidos, capaces y emprendedores que tiene la Mutualidad.
Hoy es necesario demostrar idoneidad, tenemos que contar con el valor y la grandeza suficientes de tantos dirigentes, para ocuparse de revertir esta situación en forma conjunta con todas las fuerzas vivas de una comunidad.
Con los Valores, los Principios, la trayectoria del Mutualismo argentino y los hombres y mujeres que lo componen, es posible cambiar el lamentable estado de cosas que padecemos los argentinos.
Es por eso que entendemos que estas instituciones debieran ponerse en movimiento para promover el cambio que la sociedad toda necesita. No es tiempo de desentenderse de los problemas sociales para ocuparse solamente de los económicos. Porque si el Estado no se ocupa o no puede hacerlo, el Mutualismo es el más indicado para hacerlo.
Tenemos que hacerlo en el presente y no esperar milagros para alcanzar el anhelado bienestar general y superar la crisis que estamos viviendo. Porque ¿qué futuro se puede esperar? Si el Estado no puede o no sabe, son las organizaciones con fines sociales como las mutuales, las que pueden ocuparse de resolver semejante problema, deben ponerse en movimiento para promover el cambio que la sociedad necesita y descontamos que lo harán.
Cumplir con esta misión es la mejor y más eficiente herramienta para lograr la buena visibilidad de la que tanto se “habla” pero requiere que se “haga”.