El mes de noviembre tuvo dos fechas muy representativas e íntimamente relacionadas para el cuidado de la salud, propuestas por la Organización Mundial de la Salud (OMS): el 17 se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Pulmón, y el 19 el Día Internacional del Aire Puro.
Esta combinación no es casual. La OMS instituyo el Día Internacional del Aire Puro como un recordatorio de la lucha contra la degradación ambiental, muy común en las grandes ciudades industrializadas, y de graves repercusiones para la vida del hombre, de las mujeres e incluso de los niños y de aquellos por nacer. También se afectan los ecosistemas laborales y, en general, toda la sociedad y toda profesión, trabajo u oficio.
Las muertes en el mundo por enfermedades respiratorias se incrementaron un 10% en las grandes ciudades debido a la contaminación atmosférica
Las muertes en el mundo por enfermedades respiratorias y cardiovasculares se han incrementado en un 10% por la alta contaminación atmosférica de las grandes ciudades. El conocimiento de esta situación debe servir como un llamado a la acción, para sumar esfuerzos colectivamente y reclamar el derecho al aire puro.
Justamente, el Día Mundial del Aire Puro es un reclamo de la humanidad ante el persistente deterioro del medio ambiente por contaminación de gases industriales, de vehículos e incendios forestales. Es más que esencial reflexionar sobre la importancia de que todos somos responsables de cuidar nuestro planeta.
Por otro lado, debemos tener en cuenta que el humo, provocado por la combustión del cigarrillo, es el principal contaminante ambiental de los lugares cerrados. El tabaquismo es una enfermedad creciente, especialmente ahora, en la pos pandemia, y que, junto a otros tóxicos físicos, químicos y biológicos, destruyen a salud.
Las principales afecciones originadas por el tabaquismo son: afecciones mentales (depresión y ansiedad), asma, cáncer (pulmón, vejiga, laringe, etc.), diabetes, embarazo, enfermedades cardiacas y accidentes cerebrovasculares, y enfermedad de las encías. De todas las afecciones citadas, las enfermedades cardiovasculares, incluido los accidentes cerebrovasculares, y el cáncer de pulmón son, por lejos, las patologías más frecuentes provocados por el cigarrillo.
Entonces no es casual que la OMS haya establecido al 17 de noviembre, como el Día Internacional del Cáncer de Pulmón. Cada año, tiene un lema distinto, Para el 2021, es: “Lo que no se ve” haciendo alusión a los síntomas del cáncer de pulmón que, en una etapa temprana de la enfermedad, son muy inespecíficos o imperceptibles, -no se ven-.
Por eso es fundamental realizar los chequeos correspondientes con periodicidad, sobre todo si uno es o fue fumador o está expuesto a los principales factores de riesgo.
El cáncer de pulmón es uno de los tipos de cáncer más frecuentes en la población. Las estadísticas muestran que cada año se diagnostican más de 2 millones en el mundo, 1.436.000 casos en varones y 771.000 en mujeres) y en Argentina más de 12.110 y, a pesar de los avances en el tratamiento, provoca más muertes que los cánceres de mama, páncreas y próstata combinados. Durante 2020, se diagnosticaron cerca de 2.207.000 nuevos casos de cáncer de pulmón. Fumar causa la mayoría de los cánceres de pulmón.
El 90% de las muertes por cáncer de pulmón provienen del tabaquismo
Las estadísticas muestran que 9 de cada 10 muertes por cáncer de pulmón se deben al consumo de cigarrillos o a la exposición al humo de segunda mano. Se entiende por humo de segunda mano la combinación del humo proveniente del extremo encendido del cigarrillo y del humo exhalado por alguien que está fumando. Es absorbido por todos los que están en el ambiente donde se fuma, y produce los mismos daños que en los fumadores directos
Las sustancias cancerígenas producidas durante el consumo del cigarrillo alteraran el ADN de las células. El ADN es el “manual de instrucciones” de las células que controla su crecimiento y funcionamiento normales. Cuando se daña el ADN, la célula crece sin control y origina un cáncer.
No fumar y no permanecer en ambientes donde se fuma son las medidas de prevención de esta afección. Dejar de fumar antes de que se manifieste un tumor permite que el tejido dañado de los pulmones gradualmente se repare por sí solo y, además, reduce la posibilidad de contraer cáncer de pulmón. El diagnóstico temprano a través de los chequeos anuales, constituye la clave para la efectividad de los tratamientos.
