Frecuentemente estos términos se emplean como sinónimos, y de hecho la Real Academia Española los clasifica como tales. Sin embargo, se atisba una sutil diferenciación entre uno y otro término en la siguiente acepción de la RAE para sostenible: “1. adj. Que se puede sostener. Opinión, situación sostenible. 2. Adj. Especialmente en ecología y economía, que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar grave daño al medio ambiente. Desarrollo, economía sostenible”.
En cuanto a sustentable, la RAE dice: 1. adj. Que se puede sustentar o defender con razones; y menciona como sinónimos: defendible, sostenible, razonable. 2. Sostenible (que se puede mantener sin agotar los recursos.
Utilizar estos términos como sinónimos es correcto, aunque el avance de las políticas de cuidados del medio ambiente se apropió particularmente de la expresión sostenible. La razón reside en la precisión que se procura en términos de explotación de los recursos naturales y de los impactos que las acciones de los humanos pueden tener sobre la salud del planeta, que es decir, la de todos los seres vivos (humanos, animales y plantas).
Cuando se trata de evaluar el financiamiento de un proyecto productivo, el criterio que prevalecerá será, básicamente, el de analizar las posibilidades de desarrollo, la capacidad de autofinanciarse una vez concluida la inversión, y la razonabilidad del objeto que persigue, y, fundamentalmente, la viabilidad de repago (si es un préstamo) y los beneficios obtenidos por los beneficiarios directos e indirectos del proyecto (si es un subsidio).
En este último caso es frecuente que entre los requisitos para el otorgamiento del subsidio se solicite el cumplimiento de determinadas pautas amigables con el medio ambiente. Sin embargo, si no hay un seguimiento efectivo esa condición no se verificará; y cabe acotar que rara vez en nuestro país el proceso culmina con un informe de cumplimiento ambiental, dando por cerrado el ciclo una vez que la rendición de cuentas es aprobada. Tanto en el financiamiento de lucro como en el de organismos de fomento, la atención se centra más en la cuestión económica (repago del préstamo, rendición de cuentas) que en el impacto ambiental.
En las actuales circunstancias que vive nuestro país luego del rechazo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Pacto del Futuro de las Naciones Unidas, cabe esperar que los controles sean más laxos, cuando no inexistentes, y que se incrementen los riesgos en todos los ámbitos: explotación de los recursos naturales, uso incontrolable de agrotóxicos, contaminación ambiental (atmosférica o del aire; terrestre o del suelo; hídrica o del agua; etc.), lo cual habilitaría un modus operandi que aumentaría gradualmente los beneficios económicos, pero que al mismo tiempo aceleraría el deterioro de las condiciones de vida de la población (de lo que no está excluido el propio causante, por patético que parezca y auto degradante. “Hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y del universo no estoy seguro”. (Albert Einstein).
Estamos asistiendo a cambios de época de signo negativo, como en el caso de la democracia, aun cuando consideremos que aunque no sea un sistema perfecto, es lo mejor que hay; y esta concepción se va deslizando hacia el opuesto, la desaparición de la democracia tal como la conocemos, que aparece como una posibilidad concreta, constituyendo un Estado totalmente vaciado de sus características actuales y hegemonizado por corporaciones económicas que priorizarán sus intereses por sobre los de las mayorías, que a su vez se resignarán a condiciones mínimas de calidad de vida.
Este es el modelo que se propone para nuestro país y para el mundo, en las antípodas de los principios y valores de la economía social y solidaria. Mutuales y cooperativas tienen ante sí un desafío histórico, que nos lleva a recordar los orígenes de unas y otras, también en momentos cruciales para los sectores populares. Resiliencia, ganbaru[i], habrá que apelar a todos los mecanismos y formas posibles, y no resignarnos.
[i] Expresión japonesa que significa esforzarse, perseverar, no rendirse, dar lo mejor de uno mismo, superarse, …ante una dificultad.