Affectio societatis, afecto, fue el concepto del presidente del INAES, Alexander Roig, para destacar un valor intrínseco de cooperativas y mutuales, en el acto de celebración del 60° aniversario de COOPERAR.
Formado en las ciencias sociales, Roig destaca este valor antes que la práctica económica para satisfacer necesidades de quienes se organizan, para este fin, en cooperativas y mutuales. Es que, inevitablemente, para que una organización funcione y prospere, se requiere una armonía que lo haga posible.
Algo parecido enfatizaba el recordado Mario Cafiero, cuando aseguraba que el motor de las cooperativas y mutuales -y bien podría asegurarse, de todas las organizaciones de la economía social- era la confianza; término que define la voluntad de personas -los y las asociados y asociadas- en depositar en otras -los y las que dirigen la entidad- sus expectativas del buen cumplimiento de los objetivos para los que la organización se creó, con fines económicos, sociales y culturales.
El afecto, del mismo modo, es un factor fundamental para la coexistencia y la perduración del vínculo que une a las personas en una sociedad; esta condición se manifiesta tanto en una unión de personas como en la participación en una organización, cualquiera sea su carácter. Y sostenemos ese concepto acuñado hace muchos años en la economía social y solidaria, que expresaba que, mientras que en el modelo capitalista de lucro las personas están al servicio de un beneficio económico, en el ámbito de cooperativas y mutuales es la economía la que está al servicio de las personas.
Para afianzar el movimiento solidario, decía Floreal Gorini que hay que dar la batalla cultural, y es en este punto donde Mundo Mutual y Economía Solidaria inscriben su derrotero; el avance de ideologías que no tienen la mínima consideración por la economía solidaria obliga no solamente a expresarse en contrario desde las entidades cooperativas y mutuales, sino también la de apoyar su existencia mediante las módicas contribuciones que la prensa especializada requiere, y para que no solamente permanezcan sino también para que crezcan en la difusión de los valores y principios cooperativos y mutuales.
Porque la mejor manera de predecir el futuro, es crearlo. No dejemos que quienes nos desprecian destruyan nuestras utopías.