Lo cierto es que el peso se devaluó 50% en lo que va del año y se proyecta una inflación anual mínima del 30%. Esto provoca un ajuste al licuar salarios y deuda interna, ya que en nuestro país, hay traslado automático a los precios. En tanto los intereses de la deuda externa, crecen. La caída del salario real y la contracción del consumo interno, afectará toda la actividad económica.
Hay enfriamiento en el consumo y sacrificios de rentabilidad dados los costos estructurales y que se debe seguir funcionando. Por caída de la demanda se demora el proceso y no se trasladan los ajustes directamente a la góndola, pero llegará.
La tasa de interés que fue la herramienta usada para contener la inflación, no pudo sostener el peso, ya que los dólares que entraban eran para financiar el déficit y el endeudamiento externo que ya llega a los u$s 34.000 millones, el registro más alto desde la convertibilidad. El resultado es que tenemos la tasa de interés más alta del mundo, más que Venezuela. La situación de las Pymes es insostenible por el costo de financiación. La tasa cercana a los 40% es muy alta, sostener en el tiempo este nivel de tasas llevaría a la destrucción de la actividad económica.
La situación se agrava por la poca movilidad en empleos, y una gran crisis de confianza del consumidor interno y de los posibles inversores, ya que el dólar no se estabiliza.
¿Qué falta para cumplir con el F.M.I.?
– Nuevas reducciones de subsidios a energía y transporte.
– Racionalizar empleo público y posponer Obra Pública.
– Vender activos del Anses para financiar jubilaciones.
Sector agropecuario
Tambos
El problema de los tamberos es que la vaca come en dólares y la leche la venden en pesos y con migajas. El 82% de los costos de un tambo son en dólares, por esos están tan afectados por la devaluación. En lo que va del año los insumos aumentaron el 40% y la leche sólo aumentó el 10%.
Agricultura
En agricultura el cultivo del girasol es del 72% en dólares y del maíz el 61%. En soja el 59% de los costos son dolarizados y del trigo es el 55%.
Trigo
El trigo nuevo, recibe sostén debido a problemas de Rusia para producir, que mejoran las perspectivas de exportación. La molienda de trigo acumulada en los meses enero-abril de 2018 en Argentina suma 1,85 millones de toneladas, el registro más alto desde el primer cuatrimestre del año 2012.
Soja
Por la sequía en el agro se redujo en un 37% interanual la cosecha de soja.
El precio de la soja disponible en dólares cae más de 15,5 u$s por Tn en el mes de junio. Lo mismo ocurrió con el maíz, cayendo 6 u$s por Tn en una semana. La caída en el precio se da luego de la escalada en el conflicto comercial entre China y EE.UU. La menor demanda de la oleaginosa de EE.UU se desvía hacia Sudamérica bifurcándose y recayendo con mayor fuerza sobre los puertos brasileños.
El contexto externo pega fuerte
Al encarecerse el costo del dinero en EE UU, los inversores se sentirán seguros con dejar allí sus dólares y eso afectará a los flujos de divisas hacia los países emergentes, como la Argentina. El déficit fiscal, que no se puede ajustar aumentando impuestos o bajando el gasto, el elevado endeudamiento, y sobre todo la falta de confianza en la política local, hacen que los flujos no sólo no lleguen sino que se retiren del país.
Industria
Afecta el Brasil a la Industria Metalúrgica porque también el real se devaluó con una brecha del 25%. Caerá en los próximos meses la producción de automóviles, como así también la de autopartes para las maquinarias agrícolas debido a la sequía. Se cortó la cadena de pago, la financiación sigue alta y la presión impositiva ahoga. Está afectado también el rubro de autopartes ya que las empresas terminales no pueden trasladar el mayor precio. Aparece más resguardado lo vinculado con la construcción, que en mayo tuvo un aumento del 5,8%, abandonando los dos dígitos de meses anteriores y mucho mejor está la industria que abastece a la actividad petrolera.
La contracción interanual general de la industria en mayo fue de 1,2% según el Indec.
Actividad
En los primeros meses del año las ventas minoristas tuvieron una caída del 2,5% y la actividad según el Indec cayó 0,9%. Es probable que este año no haya crecimiento del P.B.I.
Los rubros de alimentos, bebidas, tocador y limpieza, ya estaban afectados por la inflación general, que, según el INDEC, en mayo, llegó al 2,1% y el nivel mayorista, 7,5%. La rentabilidad está dependiendo de las promociones activas.
En tiempos de alta inestabilidad cambiaria, la actividad se paraliza, esperando ver cómo quedan los indicadores. La línea de heladeras, lavarropas, cocinas, a precio real están más baratos que hace dos años, haciendo la situación del sector insostenible.