En nuestras páginas está siempre presente la propuesta “Hagamos el Milagro Argentino”, ya que si los directivos de las entidades mutuales se reúnen con las fuerzas vivas de una localidad sean Mutuales, Cooperativas, Sociedades de Fomento, Asociaciones de Bomberos, Asociaciones Civiles, Cooperadoras, Clubes, se podrá considerar el devenir de sus habitantes en una Mesa de Debate de vecinos que ya tienen una base solidaria, que ya piensan en la comunidad y que tendrán la honra de cuidarla y la misión de prever sus necesidades, en este tiempo de crisis con amenaza de recesión, que puede llegar a cortar las posibilidades y disminuir el bienestar de las familias.
Es en estos momentos cuando la Mutual debe estar ante sus asociados con una convivencia generosa en ofrecimientos de Obras y Servicios.
No cabe duda de que la mutualidad se ha erigido en un ejemplo para las comunidades que son testigos de su accionar.
Y aunque en los medios de comunicación masiva no se difundan sus realizaciones, debemos lograr que su trayectoria sea conocida, debidamente valorada y que los asociados sientan pertenencia y quieran formar parte de su historia.
Es imprescindible que sigamos bregando por cada puesto de trabajo, ya que no son tiempos de renunciamientos. Por el contrario, los que hemos conocido otra Argentina, sabemos que es posible. Como también conocemos la importancia que tiene decidirnos a seguir trabajando con el mayor esfuerzo y poniendo toda nuestra pasión.
A quienes supieron demostrar que las adversidades pueden superarse porque construyeron viviendas; inauguraron nuevas sedes; llevaron a cabo nuevas prestaciones de servicios e hicieron del compromiso con la comunidad un objetivo fundamental para sus acciones, les decimos que serán los verdaderos protagonistas de un futuro que debe ser venturoso y serán los hacedores de la concreción del “Milagro Argentino”.
Es primordial y muy necesario recuperar el concepto de Previsión, que es la base de la existencia del sistema mutual. En la vida, los seres humanos estamos expuestos a muchas contingencias, y prever es pensar anticipadamente lo que puede suceder. La previsión es un pilar para todos los sistemas solidarios con esfuerzo propio y ayuda mutua; pero, desde hace muchos años si se le pregunta a un joven si quiere pagar una cuota para protegerse de los imprevistos dice que prefiere vivir el presente. Por eso hay que recuperar el concepto de previsión, para poder proteger mejor a las personas. Nuestros dirigentes mutuales saben bien lo que significa esta virtud, y son los que pueden difundirla y recobrarla para el bienestar de sus comunidades.
Por sus principios y sus valores éticos y morales, el Mutualismo tiene una noble misión para cumplir en los momentos difíciles. Es necesario que cada dirigente mutualista realice las acciones para resolver los problemas, e iniciar un camino en que nadie quede atrás. Así, se analizarán los grandes temas que hacen al bienestar de la comunidad: el empleo por ejemplo. Habrá que proponer y poner en práctica nuevas actividades ayudando a formar grupos de trabajo, para dar posibilidades a los jóvenes y también a las personas más vulnerables. También, aprovechar los recursos disponibles que estén sin explotar en la zona y prestar más servicios o ampliar los que están funcionando.
La recuperación de nuestro país será posible con la acción conjunta de la población. En este sentido el mutualismo se erige como uno de los mejores sistemas organizados. Naturalmente que también depende, y en gran medida, de sus conductores. Esos hombres y mujeres que tienen claro sus objetivos. Que piensan en el prójimo como en ellos mismos. Que saben que a través del trabajo, de la perseverancia, de la austeridad y del ejercicio de conductas basadas en valores éticos y morales, es posible salir adelante.
Es justo decir también, que para que la obra continúe, es imprescindible la formación de jóvenes que se hagan cargo, a su momento, de la conducción de estas organizaciones y también de esa tarea pendiente que es incluir a las mujeres en sus cuadros de directivos.
Aún en los tiempos más difíciles, como los que hemos vivido en la Argentina, las Mutuales no cesaron su actividad. Por el contrario, a través del esfuerzo mancomunado de sus integrantes, pudieron superar las dificultades ante las que otras organizaciones de la economía de mercado sucumbieron.
Por otra parte, es necesario comprender que la visibilidad precede a poder incidir en las políticas públicas, ya que al tener este sistema poca difusión, quienes representan al mutualismo se ven obligados a explicar a sus interlocutores la dimensión que tiene, la participación en el P.B.I., las obras que realiza, etc., porque los funcionarios públicos y otras personas con cargos de importancia, del mismo modo que la población en general, no saben de qué se trata o tienen una imagen distorsionada de nuestras entidades.
Sin embargo las condiciones están dadas, pocos son los sectores de la sociedad que tienen una prensa a disposición, tanto la especializada como la de los medios locales, que en muchos casos son de propiedad de las organizaciones de la Economía Solidaria o están apoyados por las mismas.
El buen uso de estos canales de comunicación, contribuirá a lograr la tan ansiada visibilidad del sector y que se transmita a la sociedad la importante tarea que se realiza. Este es el mejor modo para que se lo considere con sus características propias en cada caso que se adopten medidas que lo afectan. Trabajemos unidos y con eficacia: difundamos las acciones que realicemos.
Amigos mutualistas: Vamos por el Milagro Argentino, que este objetivo sea nuestro aliento, nuestra esperanza, y que para su concreción redoblemos en conjunto los esfuerzos.
