Iniciamos el nuevo año con un cambio de imagen, trasladando la ilustración de tapa al editorial, y destacando en aquella algunos de los principales títulos. No es un cambio estructural sino una expresión de algo nuevo que no afecta la esencia de la publicación, apenas una renovación que exhibe el deseo de que los lectores perciban nuestro interés en que esta revista Mundo Mutual sea atractiva en lo informativo y en lo visual.
Nos preparamos para un año que se vislumbra como complicado para la mayoría, y también en particular para las organizaciones sin fines de lucro. Hay momentos en los que los márgenes de maniobras para sobrellevar momentos difíciles no dependen exclusivamente de la imaginación de los directivos, hay factores externos que inciden fuertemente hacia el interior de las entidades, como el hecho de que si sus miembros pierden capacidad adquisitiva, la mutual a la que pertenecen tiene límites para solventar sus necesidades.
El escenario más angustiante es, probablemente, la pérdida del empleo y la modificación del vínculo con la organización; cuando se trata de activos, pueden pasar a ser adherentes, aunque aún así su nueva situación puede provocar alteraciones en ese vínculo. El código de descuento de gran cantidad de mutuales funciona como la garantía y agilidad de cobro, tanto de la cuota social como de los cargos mensuales por servicios prestados.
Un factor importante para trabajar a lo largo del año es la descalificación oficial sobre las empresas colectivas, no porque carezcan de fines de lucro, sino porque se crean para cohesionar grupos de personas, y este concepto colisiona con las insistentes campañas sobre las bondades del emprendedurismo (anglicismo que pretende reemplazar a emprendimiento), que sutilmente produce un deslizamiento de sentido: mientras el primero se aplica a un proceso continuo que funciona como un dogma para el auto empleo, el segundo es una alternativa que no solamente incluye individuos sino también a grupos de personas. Aunque no sea tan evidente, hay una intencionalidad en solapar el significado que se pretende para emprendedurismo, involucrando a sujetos aislados y no agrupados. La sintonía con la prédica del individualismo está a flor de piel, y cualquiera que no tenga un velo sobre los ojos puede comprobarlo. Y mucho dependemos del “darse cuenta”.
Ilustración: Matías Roffe