Despedida a un compañero de trabajo de Mundo Mutual
Al querido Miguel no podemos decirle adiós porque será imposible borrarlo de nuestros más caros recuerdos, aunque se fue de este mundo el pasado 24 de agosto. Esta no es una expresión formal y menos aún de compromiso, sino que nace del más profundo sentimiento de estima.
Quienes tuvimos el privilegio de tratarlo desde que ambos éramos niños, como es mi caso, disfrutamos de su inquebrantable amistad; de sus sueños de adolescente, a veces disparatados; de su buen humor; de su nobleza; de su don de gente y de tantas otras virtudes de este ser humano excepcional.
Ninguna de esas cualidades pudieron ser alteradas por las grandes y dolorosas dificultades que tuvo que afrontar en su vida, entre las que estaban la pérdida temprana de algunos de sus seres más cercanos y queridos, ni siquiera en los últimos años en los que sufrió severos problemas de salud.
¡Cómo olvidar su resonante carcajada y su buen humor!
Miguel nos ha dejado un excelente ejemplo de hombría de bien.
A sus familiares, seres queridos y amigos, además del inmejorable recuerdo que nos ha dejado, a modo de consuelo nos queda el saber que ha dejado de sufrir.
¡Hasta siempre querido Miguel!