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Libertad y distribución

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Domingo Godoy
Domingo Godoy
Contador Público Nacional y Perito Partidor, UNC Maestría en Educación en la UM. Especialización FUNDACIÓN KONRAD ADENAUER en Alemania y Diplomado Especializado en Descentralización y Desconcentración en el Institut Internationale D’Administration Publique (I.I.A.P) de Francia. Ex Director del INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social). Ha realizado publicaciones sobre Economía Política y es autor del "Manual de Economía Social". Ha publicado documentos de esta especialidad.
  1. SITUACION Y PERSPECTIVAS.

Enfrentamos un año que pretendemos sea mejor que los anteriores. La exigencia (valga la obvia aclaración) es por las perspectivas de las contiendas electorales. Una vez más posamos nuestra esperanza de progreso grupal, pero sobre todo individual.

Lo que focalizamos como deseable es la mejora política y económica. Los que piensan más sustancialmente lo hacen por más encomiables fines como: la familia, la salud y la mejora educativa y cultural, pero interpretamos que la mayoría espera virajes económicos-financieros y políticos.

  1. BASES DE REFLEXION

En tal sentido, antes de ser absorbidos por la vorágine de diversos intereses, creemos que puede ser útil reflexionar hoy sobre el acontecer cercano, sobre los orígenes profundos de las propuestas; sobre la visión de la realidad; del pasado (mediato e inmediato) y de las consecuencias a futuro de nuestras decisiones.

Fieles al estilo, centraremos nuestra propuesta en lo fundamental, en lo esencial a lo propiamente humano y en la experiencia secular de las derivaciones de su aceptación y de su rechazo. Vale decir, descartar “más de lo mismo”. Lo hacemos hoy, basándonos en los esfuerzos intelectuales de registrados intelectuales a nivel universal , como Chesterton[1] y Belloc.

  1. ANALISIS

Vale la pena recordar que la “modernidad”, expresada en estos últimos 3 siglos de la humanidad y que tanto irritaban a Belloc y Chesterton, presentaba esa manía dialéctica de enfrentamiento entre individuo y sociedad. A nuestro criterio es una de las bases de los problemas que hoy tenemos y sostenerla, es el riesgo de mantener la imposibilidad de aplicación de medidas para mejorar. Se ha planteado la alternativa entre, afirmar la libertad individual evitando el carácter solidario de los seres humanos vs la permanencia unida a otros hombres renunciando a toda libertad individual, estatalmente “custodiada”.

Dicho de otra manera, la disyuntiva es socialismo o liberalismo. La modernidad pretende afirmar uno de los dos extremos: libertad o sociedad.

Debemos reconocer con estos grandes autores que las personas son libres, pero también sociales. No es necesario, para afirmar el YO, destruir el TÚ. Un estudio serio de tipo antropológico debe rescatar a fondo la realidad del ser humano. Se espera de ese ser humano, no una fragmentación o una unificación rígida. O individual o social; sino una armónica complementariedad.

  1. PROPUESTAS…UTOPIAS

Basado en esa solidez de la dignidad humana, Chesterton y Belloc propusieron – en los finales del siglo XIX- el DISTRIBUTISMO: la justa distribución de la propiedad privada como condición necesaria para garantizar el desarrollo, la libertad y la dignidad de la persona humana…y adherimos a la misma; más cuando al hablar de justicia se expresa el INDISPENSABLE componente ETICO de la economía.

A muchos les sonará peligroso, cuando no excesivo, lo de “distribución” y harán hincapié en el término cual riesgosa advertencia, cuando en realidad lo que deben entender es que lo privado no es absoluto; como tampoco lo es lo estatal. No hay que caer en el facilismo de la denostación de personajes políticos, que escudados en esas palabras (justicia distributiva), accionaron contra la propiedad privada en forma indiscriminada e irracional; que promulgaron regulaciones o las impulsaron para frenar los derechos personales o para aumentar los excesos estatales.

La justa distribución, lógicamente es una implementación que debe ser promovida OPORTUNAMENTE por personas PRUDENTES que buscan el BIEN COMÚN en el orden social, respetuosas de esa ETICIDAD componente de la economía. Promotoras y defensoras de los DERECHOS PERSONALES (para este caso de la propiedad), e impulsoras de EQUITATIVAS ACCIONES SOLIDARIAS, interpersonales a nivel comunitario. Lo prudente supone el conocimiento objetivo de los problemas de la sociedad, vale decir interpretación real y no ideológica. Se suma a esto la justa apreciación de las circunstancias.

Valga así el atisbo de una propuesta completa: Distributismo, pero promovido e implementado por prudentes, conocedores de las realidades a encarar y buscadores de:  la equidad, el bien común y de un Estado presente y subsidiario. De esta manera podremos, inicialmente, contar con la base para un programa esperanzador y a la vez identificar el perfil deseable de nuestros próximos candidatos.

Ante la crítica de algunos, citamos a Chesterton que dice: “dicen que es utópico y tiene razón; dicen que es idealista y tiene razón; dicen que es quijotesco y tiene razón” …”es simplemente cuestión de saber si esta cosa buena es realmente demasiado buena para ser verdad.” “Por lo tanto, sí que somos utópicos, en el sentido de que nuestra tarea es posiblemente más remota y por cierto más difícil. Somos mas revolucionarios en el sentido que una revolución significa inversión, un cambio de dirección, aunque sea acompañado de una limitación en el paso. El mundo que deseamos difiere mucho del mundo existente…”[2]


[1] G.K. Chesterton. Los límites de la cordura. Editorial El Buey Mudo.2000.

[2] G.K. CHESTERTON. Los límites de la Cordura. Editorial El Buey mudo. Buenos Aires. págs. 62 y 63.

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