Es sabido que la revolución tecnológica desde hace bastante tiempo viene realizando innumerables aportes con nuevas herramientas que facilitan la gestión en cualquier emprendimiento productivo y de servicios, y esto debe ser aprovechado por el mutualismo en las máximas posibilidades que ofrece, que además minimiza los costos, comparados con los sistemas tradicionales de comunicación, de manera de eficientizar las relaciones con los asociados y con la comunidad, además de mejorar la gestión de nuestras entidades.
Las redes sociales son una importante herramienta de la comunicación que muy bien puede utilizarse con los asociados, ya que permite conocer sus necesidades; sus opiniones acerca de los servicios que se brindan; pero también y fundamentalmente, facilitan la transmisión de información desde la entidad, con el objetivo de mantenerlos informados acerca de la naturaleza del mutualismo; de las actividades que desarrolla cada mutual, y estimular su participación en su condición de miembros que forman parte de una organización que les pertenece y debemos ocuparnos de difundir con la mayor amplitud posible la esencia del mutualismo, ya que en pleno siglo XXI todavía hay una innumerable cantidad de personas que creen que se trata de una obra social. Y lo peor es que por falta de información, prevalece en la población un mal concepto de las mutuales, lo que sin duda requiere una comunicación adecuada y efectiva, ya que suelen tomar estado público solamente algunas malas prácticas de quienes se aprovechan indebidamente de las bondades del sistema. Esto último revela de manera indubitable una grave falencia que la dirigencia de todos los niveles del sector está llamada a resolver, porque hace al fortalecimiento del sistema y a la tan trillada `visibilidad´ que reiterativamente se menciona como muy necesaria, y que por supuesto lo es, pero cuyo objetivo de logro no se percibe como una cuestión prioritaria como debiera tener.
En la gestión institucional, la tecnología puede ser utilizada de manera muy eficaz, ya que actualmente es posible la participación a distancia de los asociados en reuniones en las que se les puede dar la posibilidad de manifestar sus ideas, hacer propuestas, discutir proyectos, intercambiar conceptos y hasta votar su aprobación o rechazo. Esta posibilidad adquiere mayor importancia en nuestro país, porque se caracteriza por las grandes distancias que suele haber entre el domicilio de los asociados y los lugares en los que se toman las decisiones. Pero también y muy importante, es que es posible hacerlo público de manera que toda la comunidad tenga acceso y pueda ser informada.
Aceptar las innovaciones tecnológicas, es acompañar de manera más eficiente al accionar de las entidades.
Por supuesto que la tecnología no resuelve todo, pero bien utilizada, en gran medida potencia las actividades que se desarrollan y fortalecen a la institución.
Para que nuestra mutual se fortalezca, todo esto debe estar estrechamente relacionado con las buenas prácticas. Es decir, que lo esencial que asegura el fortalecimiento, la continuidad y el desarrollo, debe estar sólidamente arraigado, como es el caso de un liderazgo ético, con transparencia en todo su accionar; con real participación de la juventud y de la mujer, de manera que los recambios generacionales se realicen naturalmente, y se evite la permanencia `in eternum´ de los mismos dirigentes. Estos últimos pueden continuar brindando un buen aporte a las entidades, ya que luego de cumplir con sus mandatos, pueden formar parte de un Consejo Consultivo, creado al efecto, con la finalidad de respaldar la gestión de quienes estén al frente de las decisiones, lo que sin duda es muy necesario, especialmente en tiempos de dificultades, pero también para aprovechar la experiencia de quienes debieron afrontar y superar muchos desafíos, además de que a modo de reconocimiento, se los convoque para continuar una tarea importante en la misma mutual.
Al efecto de que los sucesivos Consejeros cumplan con las políticas y objetivos impuestos en cada entidad, es conveniente la confección de un Código de Ética como lo tienen varias organizaciones del sector.
La combinación de la mejor utilización de los recursos tecnológicos, junto al cumplimiento de los Valores, Principios y de lo establecido en un Código de Ética, tiene la capacidad cierta de lograr el mayor de los éxitos en las gestiones de dirección, a la vez que se constituya en un ejemplo que redundará en beneficio de la mutual y de la comunidad en la que actúe.
El mutualismo argentino se distingue de lo que se practica en otros países por la gran diversidad de servicios que presta, y tiene como guía que todo lo que hace al bienestar del ser humano también es tema que le interesa desarrollar.
Por todo eso, para adaptarse a los tiempos modernos, se hace imprescindible adoptar las innovaciones tecnológicas, pero también poner el mayor acento en las prácticas leales y en no permitir ningún desvío, por pequeño que parezca, en ninguna institución del sector. Las herramientas están porque se cuenta con el organismo de contralor que la gestión actual está demostrando un accionar transparente y exento de prácticas dudosas como las que se han visto en otras administraciones.
Es necesario que el idealismo y compromiso de los fundadores de las entidades sea tomado por una juventud entusiasta que siga sus pasos.
