Además de enriquecer al mutualismo argentino, cuyas características, especialmente en la prestación de servicios, son mucho más amplias y variadas que en las entidades de otros países, a nuestro modelo Alfredo Sigliano lo hizo crecer creando nuevas entidades de diferentes grados y con nuevos servicios, y gracias a su visión, a la que acompañó con mucho esfuerzo, empeño y trabajo, logró que trascendiera a otros países de América y hasta llegó a otros continentes, como fue el caso de África, lugares en los que la utilización de este sistema estaba muy restringido a prestaciones mínimas y con concepciones muy limitadas y diferentes comparadas con el gran desarrollo y aporte que realizan las mutuales en la Argentina.
Fue un incansable emprendedor que contribuyó a enriquecer al mutualismo con su imaginación, iniciativa, trabajo y la fuerza de su personalidad, ya que se brindó totalmente a fortalecer y crear herramientas eficaces para ayudar al prójimo, lo cual fue una clara muestra de su sentimiento solidario y cualidades de dirigente.
Nuestro país, que se caracteriza por una enorme cantidad de recursos naturales sin explotar, en el que increíblemente existe la pobreza en un amplio sector de la sociedad, necesita de muchas personas como Alfredo Sigliano, que si existieran en todos los ámbitos en los que se puede promover el desarrollo, no quedan dudas de que podría convertirse en una de las más poderosas potencias del mundo, pero eso solamente es posible con personas con las características de quien lamentablemente hoy ya no nos acompaña.
Para los que tuvimos el honor y la suerte de conocerlo y tratarlo, fue un ejemplo que nos despertó admiración, y en muchos casos también sorpresa ante sus originales aportes que realizaba con su visión innovadora. Los mutualistas le debemos mucho a Alfredo Sigliano, y sin ninguna duda, fue una de esas personas que no han pasado inadvertidas por este mundo.
