Tradicionalmente, el cáncer colorrectal era más común en mayores de 50 años, pero desde las dos últimas décadas se ha visto un aumento anual del 1% al 2% en la incidencia, entre personas de 20 a 49 años, especialmente en países desarrollados. Este fenómeno se conoce como “cáncer colorrectal de aparición temprana”.
Entre un 10% y un 15% de los nuevos casos de cáncer colorrectal se están diagnosticando en menores de 50 años. La ubicación de estos tumores dentro del intestino grueso tiende a ser en el colon izquierdo y en el recto. Los pacientes jóvenes tienden a presentar tumores más agresivos o en estadios más avanzados al momento del diagnóstico. Se detecta con frecuencia un retraso en el diagnóstico, en parte porque no se sospecha cáncer en personas jóvenes con síntomas digestivos. Además de factores hereditarios, presentes solo en una cuarta parte de los casos (hasta un 25% de los casos de cáncer colorrectal en jóvenes tienen antecedentes familiares de primer grado con la enfermedad o con Sindrome de Lynch y poliposis familiar) se describen otras posibles causas como las dietas altas en carnes procesadas y bajas en fibras, el aumento de la vida sedentaria -sobre todo en jóvenes urbanos-, la obesidad desde muy temprana edad, el consumo de alcohol y tabaco, las alteraciones metabólicas, la inflamación crónica y los cambios en el microbioma intestinal. También juegan un rol en la aparición del cáncer de colon temprano las enfermedades inflamatorias intestinales, los casos de colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn mal controlados. Una de las características actuales es que se hacen más diagnósticos en jóvenes sin factores de riesgo clásicos. Antes, si un joven tenía cáncer colorrectal, casi siempre había historia familiar o enfermedad inflamatoria intestinal. Hoy, muchos jóvenes sin antecedentes ni enfermedades predisponentes están siendo diagnosticados.
Otro de los cambios es que ahora los tumores detectados ocurren en la última parte del colon. Se observa un aumento de tumores en recto y colon izquierdo en comparación con generaciones anteriores, donde el colon derecho era más frecuente. Otra de las variantes es que actualmente hay mayor influencia de factores de estilo de vida: el estilo “moderno” (comida rápida, vida sedentaria, mayor estrés) parece jugar un rol mucho mayor que en generaciones previas. Una circunstancia que demora el diagnóstico precoz es que muchos médicos no sospechan del cáncer en menores de 50 años con síntomas como sangrado rectal o cambios en el ritmo intestinal, lo que lleva a diagnósticos más tardíos.
En el último tiempo, ha adquirido protagonismo la microbiota intestinal alterada. Numerosos expertos empezaron a investigar si existen otros factores ambientales que puedan estar incidiendo en la aparición temprana. Algunos estudios sugieren que las personas que desarrollan cáncer colorrectal a una edad prematura tienen un desequilibrio entre las bacterias “buenas” y “malas” de su intestino. Los investigadores analizan el estudio de fármacos que pueden actuar modificando la flora intestinal, como los antibióticos, los inhibidores de la bomba de protones que se usan para contrarrestar los problemas de acidez, y varios fármacos psiquiátricos de absorción intestinal cuyo uso creció en las últimas décadas. Muy recientes publicaciones han detectado mutaciones asociadas a la colibactina, una toxina producida por bacterias intestinales, que son 3,3 veces más frecuentes en pacientes menores de 40 años que en mayores de 70. Estas mutaciones aparecen en fases muy tempranas del desarrollo tumoral y, según los autores, se podría explicar en parte el incremento global del cáncer colorrectal en personas jóvenes.
El desequilibrio de la microbiota intestinal podría jugar un rol clave en este aumento. Otras investigaciones, orientadas en similar sentido, vinculan los desequilibrios en la microbiota con procesos inflamatorios crónicos que podrían originar mutaciones cancerígenas. No cabe duda de que tener una microbiota alterada, producto de malos hábitos, genera inflamación crónica, lo que podría ser un factor desencadenante. Las sugerencias pasan por tratar de emplear un régimen equilibrado, sin exceso de carnes rojas y con fibra, evitar el alcohol, el tabaquismo y la automedicación, intentar disminuir las situaciones estresantes, tratar los procesos inflamatorios intestinales, y estar atento a cambios del ritmo evacuatorio, y/o pérdida de sangre intestinal.