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¿La economía social genera valor?

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Domingo Godoy
Domingo Godoy
Contador Público Nacional y Perito Partidor, UNC Maestría en Educación en la UM. Especialización FUNDACIÓN KONRAD ADENAUER en Alemania y Diplomado Especializado en Descentralización y Desconcentración en el Institut Internationale D’Administration Publique (I.I.A.P) de Francia. Ex Director del INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social). Ha realizado publicaciones sobre Economía Política y es autor del "Manual de Economía Social". Ha publicado documentos de esta especialidad.
  1. ORIGEN DE LA INQUIETUD

El politólogo Andrés Malamud, del Instituto de Ciencias Sociales de Lisboa, habló sobre “El Futuro del Vino Argentino 2024” en una conferencia en Mendoza, sobre “Cómo pensar un mundo en CAMBIO…ORDEN O DESORDEN…”[1]. Abstrayéndonos del objetivo económico y comercial que tenía el evento en el que disertó, nos focalizaremos en los varios y muy interesantes argumentos históricos/económico/sociales que esgrimió. Son estos los que nos motivan a escribir este documento.

Una vez más, tratando de responder la pregunta de la portada y acudiendo a los datos y fuentes de este expositor, podemos ver que la tendencia mundial no es esperanzadora para los impulsores del librecambismo como pauta ideológica socioeconómicamente fundamental para el desarrollo. De hecho, la realidad que expone a una mínima cantidad de personas y empresas que detentan a nivel mundial la totalidad de la riqueza de la humanidad[2]; muestra que no es suficiente el libre comercio -solamente- para el desarrollo. Mas cierto aún si entendemos al desarrollo como integralidad: lo humano, lo social y lo económico.

  1. DEMOSTRACIONES DE LOS PREMIOS NOBEL

Esto coincide con el punto de vista de los premio Nobel de Economía 2024 -concedido por la Academia de Ciencias Sueca- a Daron Acemoglu, James Robinson y Simón Johnson “por sus estudios sobre cómo las instituciones se forman y cómo afectan la prosperidad”.

Malamud muestra en los indicadores de desarrollo humano, a nuestra Argentina, rescatándola junto y comparativamente con otros países del globo, a pesar de los números no favorables en general. Presentamos mejores índices educativos; más expectativas de vida; menor mortalidad infantil y mayor PBI per cápita. Lógico que no estamos -en esos datos de 2022- en el top universal. Rescata la inexistencia de guerras en Latinoamérica y en nuestro caso, cierto mantenimiento (aún) del sistema familiar clásico, identificándolo como uno de los factores conservadores de la fuente de la unidad para el crecimiento.

Siguiendo a los referidos Premios Nobel, podemos junto a Malamud, acoger la diferenciación que ellos hacen sobre las instituciones que afectan el desarrollo. En cierta manera, responden a ¿qué tipo de valor se genera en el mundo? Acemoglu y Robinson publicaron el libro “Por qué fracasan los países” (2012),  en el que explican la suerte de esos países en términos de la existencia de instituciones inclusivas (en los que prosperan) o extractivas (en los que fracasan).[3] Unas, las inclusivas, son matrices de progreso colectivo en su funcionamiento cotidiano. Son fomento de producción, respeto a la legitimidad de la representatividad, a la propiedad privada y la redistribución de la riqueza. Otras, la extractivas son promotoras del crecimiento selectivo de una elite. Estas, escudadas en el anonimato institucional de sus formatos asociativos, generan riqueza solo “para dentro”, para su propia gente sin conclusión solidaria, en las que el “efecto derrame” nunca llega.

  1. LO HUMANO EN LO ECONOMICO

Realizando una digresión -en cuanto a la lógica solo estrictamente económica planteada- vemos que en cierta forma  se confirma que el actuar económico, en tanto humano, sucumbe a las debilidades de su actor, el hombre, como por ejemplo la codicia (por eso la falacia ideológica o inexistencia del “derrame”), por un lado y por otro, reclama (o rescata) la existencia del incentivo de lo solidario como necesario a ser impulsado, promovido, apoyado institucionalmente, inclusive desde lo gubernamental. Hemos reiterado que el aliciente del tercer sector como estrategia de orden público-defensora de lo subsidiario- facilita la acción económica libre del ciudadano, promueve la multiplicación de la propiedad[4] y disminuye el ineficaz e ineficiente gasto público.

Vale decir que el desarrollo integral se lograría con las instituciones inductivas, en las que incluimos el tercer sector, ámbito de las entidades intermedias, refugio y germen de las ONG, recinto de cooperativas, mutuales, asociaciones de la sociedad civil, en posible concordia con un actuar estatal descentralizado, respetuoso de la entidad municipal, la participación vecinal; etc.

  1. ATENCION CON LA CORRUPCION

Sin embargo, en tanto las inductivas -que parecen diferenciarse de las otras por ser empresas (sobre todo) de personas- muestran en ocasiones la debilidad de gestiones deshonestas y corruptas y hacen caer su imagen junto con las dirigencias corrompidas. Esos individuos indecentes o clientelismos partidarios, opacan y desfiguran el objetivo asociativo posible y deseable de su accionar. Son elites perversas cuando deberían ser impulsores de lo solidario. Esa clase transforma las inductivas en extractivas, manejadas por las leyes de hierro de la oligarquía, cultores de la plutocracia denunciadas por Chesterton y Belloc,[5] entre otros desde hace más de un siglo.

  • SOLUCIONES PARA EL DESARROLLO

Tratamos siempre de aportar ideas positivas, en la muchas veces oscura o confusa economía. Aprovechamos incluir algunos cambios que entendemos como efectivos propuestos e instaurados por esta gestión gubernamental nacional en 2024[6]. Si concebimos que las instituciones -sobre todo del sector de la economía social y solidaria- deben ser protagonistas, sugerimos y repetimos, que debemos:

  1. Impulsar su vigencia, multiplicación, difusión de su filosofía en el sector educativo, inclusive primario, difundir ese accionar en/desde la familia, en las entidades intermedias cercanas al municipio y atender a su defensa (institucionalización) desde esas escalas más pequeñas de la sociedad. Para que esto no parezca declarativo, recurrimos a la Vieja Ley Illia, que impulsó la enseñanza de la economía  social en las escuelas primarias y/o en el Acuerdo de Rectores de hace pocos años, sobre la enseñanza del cooperativismo y mutualismo en las facultades de Abogacía y Ciencias Económicas de toda la Nación. Los instrumentos están. Hay que renovarlos y aplicarlos.
    1. Realizar una “auto purga” interna en las instituciones intermedias, fomentando la participación social regular, multiplicando asociados, mejorando la calidad y capacitación interna y excluyendo rápida y severamente a los corruptos.
    1. Rescatar la credibilidad social de esas pequeñas o medianas instituciones, por medio de lo anterior y con participación de la certificación de calidad y lógica transparencia de las Direcciones de Personas Jurídicas de cada jurisdicción; la Inspección General de Justicia; los “órganos locales “mutuales y cooperativos” y el INAES. Todos ejecutores conducentes a alentar, preservar y mejorar la calidad de las personas e instituciones.
    1. Participación en la recepción de la repatriación de capitales. Argentina detenta el doloroso 5° nivel en el ranking internacional de países con mayores activos en el exterior, Malamud dixit. Capital financiero +capital humano es garantía del progreso que perseguimos.
    1. Así, previo armar una Planificación Integral, solidaria, nacional (desde lo local) y participativa; podrán introducirse estas OSC en los circuitos de generación de valor, inclusive de tecnologías blandas. Esa cadena será firme en tanto son portadoras del mejor valor, cual es el humano. La conclusión en un Programa Nacional, rescata la armonía que se necesita para el desarrollo. La escala de primer grado “in crescendo” hasta las Federaciones y Confederaciones, es ideal para cimentar ese desarrollo nacional.
    1. En la línea de capacitación de entidades asociada a  la descentralización,  municipalismo y cursos para  concejales (por ejemplo), incluir la  capacitación y talleres de  integración de diferentes tipos de entes intermedios.
    1. Para esto sirve la identificación y certificación de las entidades intermedias como PYMES o mipymes. El complemento en la gestión de sociedades de capital no debe ser excluyente de las posibilidades asociativas.
    1. La adaptación e incorporación inteligente de la “tecnología adecuada” más que la de punta, redundará en saltos cualitativo desde lo local, hacia lo regional y nacional.

Así, entendemos que se podrá acceder a un escalón mayor de desarrollo integral, con tendencia creciente y persistente.


[1] https://www.youtube.com/watch?v=20DdxE0rw70

[2] Ver los estudios de Bilinkis, varias veces citados por nosotros.

[3]https://www.infobae.com/economia/2024/10/19/que-piensan-los-nobel-de-economia-2024-sobre-la-argentina-el-peronismo-china-el-bitcoin-y-la-ia/

[4] Lo decimos en defensa del distributismo.

[5] …parecían encontrar un camino entre la libertad y la tradición; Cobbett (1763-1835), Chesterton (1874-1936) y Belloc (1870-1953) fueron los principales exponentes y Penty (1875-1937) del movimiento cooperativo…

[6] Ver GODOY, DOMINGO R. Transformación del Estado. 2024. e-book

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