Una mirada profunda sobre la Economía Social, sus debilidades internas, sus amenazas externas y la falta de perdón ante sus errores.
Nota editorial: En el marco del Año Internacional de las Cooperativas, el especialista Domingo R. Godoy ofrece una reflexión de fondo sobre el presente y el futuro de la Economía Social. Con lenguaje directo y sin eufemismos, aborda las fortalezas estructurales del sector, pero también sus debilidades internas, la desinformación externa y la asimetría con la que la sociedad juzga sus errores, en comparación con el poder político o el sistema económico tradicional.
INTRODUCCION
En este Año Internacional de las Cooperativas declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas bajo el lema “Las cooperativas construyen un mundo mejor”, acompañamos este aporte relacionado con estas entidades, pero útil para todo el sector.
“PROS Y CONTRAS” DE TODO QUEHACER
Todo emprendimiento: político, social o económico, tiene pros y contras. El grado de sus intensidades se traducen en efectos comunitarios positivos o negativos. Presentaremos los “pro” clásicos y severos “contras” de cada uno.
- LO POLITICO. Si lo tratamos, vemos que el entendimiento universal de la eficacia del sistema, se centra en la representación democrática, sostenida en las elecciones que a su vez son -partidos políticos mediante- la expresión de la voluntad popular. Hace tiempo que ha habido una fagocitación de lo político por lo partidario. La operación electoral periódica, en pos del poder -cada dos, cuatro o seis años- responde a movilizaciones, sobre todo de los medios de comunicación y de los candidatos, interesados en sus propias reelecciones o en sus búsquedas de nuevos “arribos” a la masa de representantes. La decisión mayoritaria, respaldada en lo partidocrático, expone, expresa y define el destino futuro de un lugar y de su población. La careta de la representación popular, varias veces encubre la eternización de gobiernos autocráticos.
A nuestra manera de ver -siguiendo lo dicho en nuestra introducción- este formato tendría esos elementos como aparente “fortaleza”. Aceptando estos como válidos -previa batraciofagia- la contra radica en que se limita la representatividad a lo político.
- DESCONOCIMIENTO DE RICOS PROCESOS SOCIALES COMPLEMENTARIOS. Lo social o lo económico no son parte de ese proceso. Es más , los elegidos terminan siendo la “voz” de lo social y de lo económico, cuando no son parte de los mismos…o no saben de lo que hablan.
En esa línea (y paradójicamente podríamos decir), tal desconocimiento e incapacidad no afectan los fundamentos del sistema…El “régimen” absorbe eso basales errores o falencias y las encubre o disfraza en la jungla de lo electivo, en nombre de la estabilidad institucional y de la preservación de la vida democrática. Así las cosas, un método incompleto sobrevive con sus fragmentarias soluciones. LOS ERRORES Y CONSECUENCIAS NEGATIVAS DE LA POLITICA SON PERDONADOS.
El rico mundo de lo socioeconómico queda excluido del “proceso” representativo, destinando sus efectos y consecuencias a una especie de “segundo nivel” o rango menor que transitamos muchos. Ese andarivel de nuestro Tercer Sector, esta signado por la minusvaloración social; desconocimiento popular de las bondades de su influencia en el progreso económico integral; dificultad de reconocimiento representativo institucional; de carencia de canales formales de expresión y de falta de crédito, entre otros aspectos. En otras palabras, el representante -legítimamente electo- de una entidad del sector cooperativo, por ejemplo, que es multiplicador y redistribuidor armónico de beneficios económico-sociales, es de menor ”valor socio-político” que un representante de cualquier cámara.
- LO ECONOMICO. Aquí pasa algo semejante. En un camino escudado por la búsqueda de mayor producción; de incremento de la eficiencia e incentivo en mejorar la utilidad marginal- muchas veces se están solapando acciones focalizadas en el más puro materialismo e individualismo; el desconocimiento de lo solidario (cuando no el menosprecio); la exaltación de la ambición y la avaricia. El reino de las sociedades de capital. Vemos que el lucro -como reemplazo de la legítima búsqueda de satisfacción de las necesidades reales- es un peligroso motor de la actividad económica. Lejos de la reciprocidad de los cambios; del justo precio y de la subsidiaridad estatal que es anticuerpo de la plutocracia. Tal es así, que los indicadores nacionales muestran una distribución del ingreso medido por el INDEC, donde SOLAMENTE el 5 % de la población es de nivel más alto. El 20 % seria medio-alto[1]…y a niveles internacionales se confirma esa perniciosa situación y el globalmente nefasto resultado sobre lo humano.
Sin embargo, el confort; el egoísmo; la codicia -apoderadas del sentimiento del espíritu humano- logran imponerse, con los ojos; con el tacto; con el tener superando al ser; con la frivolidad, obteniendo así diferencias económicas escandalosas, obscenas, como decía San Juan Pablo II.
En estos espacios (político y económico), vemos que los efectos negativos de su deformada vigencia, se atempera con argumentos muy accesibles a la debilidad humana. El establishment autogenera sus propios adeptos, fans y defensores. LOS ERRORES Y CONSECUENCIAS NEGATIVAS DE LO ECONÓMICO TAMBIEN SON PERDONADOS. Así el mundo. Veremos que pasa en nuestro ambiente: la economía social.
LA ECONOMÍA SOCIAL
Al igual que los temas anteriores (económico y político), lo económico social tiene numerosas fortalezas. Cimentado en las personas y las posibilidades asociativas constitutivas -desde el correcto ámbito PRIVADO- responde a una amplia gama institucional. La fortaleza está en la búsqueda de satisfacer necesidades reales; en la extensa participación; en el tratamiento en paridad de sus miembros con representación democrática; en la solidaridad en acto; en la apoliticidad; en la propagación de actual dentro de lo ético, hoy emulado por la difusión del “compliance” y en la ausencia del espíritu de lucro. El adiestramiento de la competencia -previo solidificación del capital social- para con sociedades de capital; logra la aplicación de innovación, creatividad , digitalización, etc. y de la sustentabilidad. Se ejercita en esta economía, la viabilidad económica Y SOCIAL, mancomunadas. El afincamiento y la cercanía a las comunidades menores permite (demuestra) una vivencia en contacto con los intereses civiles concretos, de ahí su conveniente relación con el extenso y rico mundo de “lo socio-político municipal”.
Estos baluartes permiten un desarrollo armónico en lo económico social, evitando la dialéctica y permitiendo una permeabilidad social sobresaliente en donde se aplique. Tampoco el bienestar les es ajeno. Los crecimientos y fortalezas patrimoniales familiares y comunitarias territoriales lo demuestran en distintas partes del mundo. El amplio abanico de alternativas integrativas pasa por la capacidad imaginativa de los promotores, acompañado por accesibles figuras jurídicas como las de asociaciones civiles; de mutuales y cooperativas; ONG; inclusive fundaciones; etc.… El crecimiento patrimonial de los asociados no le es ajeno, al igual que los avances tecnológicos. Este equilibrio está sustentado en los individuos; en su dignidad; su libertad; su propiedad; su solidaridad. Hasta ahí, los “pro”.
DEBILIDADES A CONSIDERAR
Pero, como los otros entornos, tiene debilidades.
- Sin orden de jerarquía vemos que los embates al sector se nutren del desconocimiento, sino de la envidia hacia nuestras instituciones. Ese “ninguneo” que explicamos antes, promueve un desprestigio de las entidades del Tercer Sector. Ese sector es para algunos un sello de pobreza; una imagen que asegura permanecer inexorablemente en la misma y por lo tanto ser miembro de una clase inferior. Muchas veces ese mismo retrato es promovido por las mismas partes del sector (desde su interior), pretendiendo así ventajas derivadas de explotar estereotipadas imágenes de carenciados.
- Hablando de envidias, mezquindades y rencores, no debemos evitar ver la viga dentro de nuestros mismos organismos. Es lamentablemente recurrente la actitud de falta de solidaridad, llamémosle “intersistémica”. Pobre sino nulos apoyos entre entidades, paradójicamente no se desarrollan desde la gestión, presentando una actitud individualista, en la que los logros y su manera de conseguirlos, no son compartidos ni con los más débiles ni con los fuertes, institucionalmente hablando.
- Otra es la falta de transparencia dirigencial en el tratamiento interno de temas societarios. Han proliferado negativamente, en los últimos tiempos, los desprestigios institucionales acompañados de la venalidad de sus dirigentes…Se empezó a simplificar popularmente la figura de la corrupción identificándola muchas veces con entidades de personas y sus personeros. A eso se le suman, los preconceptos sociales o desconocimiento, de los que no escapan los miembros de los distintos poderes estatales, incluyendo el Judicial. Jueces prevenidos de los “ardides” que podrían desarrollar las entidades sociales, consienten en juzgar y condenar con antelación a muchos dirigentes y entidades.
- La relación de las entidades intermedias o de la Economía Social con el poder político debe tener una acción distinta a las de la economía común. La subsidiaridad regla su accionar, vale decir que estas entidades hacen lo que muchas veces quiere (o pretende) hacer el Estado, en sus distintos niveles o jurisdicciones, pero no es conveniente o eficaz o eficiente que lo haga. Así, la proximidad con el poder político es posible, conveniente e inexorable; pero éste debe entender a estas entidades como complementarias en el camino del bien común. No deben ser usadas partidariamente. Sí deben operar como dijimos, subsidiariamente. La amalgama de lo público y lo privado en aras al orden social.
- Al ser una sociedad de personas, esa misma humanidad es la debilidad en su accionar. La falta de participación; la deformación institucional de estos entes, pretendiendo el lucro, en forma encubierta; la búsqueda de sobresalir personalmente (social o políticamente) a nivel dirigencial; la intención o acción de transformarse en dirigentes referentes irreemplazables; la eternización en el poder; el olvido de ser los representantes (en cuanto a la propiedad e intereses) de los asociados mandantes. Todo eso conspira con la credibilidad de las personas, de los dirigentes…y debilita el sistema.
- Si sumamos las acciones inconsultas del cuerpo gerencial -descoordinadas del órgano rector- el coctel destructor e inevitable. El gerenciamiento como órgano de poder –con personajes invariables ante cambios de los representantes cooperativos, mutuales o de otras entidades– es una faceta a considerar como riesgo. El plus valor generado por la asociatividad de los miembros, se esfuma o subsume en el sostenimiento de una burocracia gerencial.
- La mala prensa. Hay prensa que, sin ningún sustento serio -insatisfecha con las entidades de capital por resentimiento y por otro lado con incapacidad de aceptar la participación solidaria- denosta contra el sector de la economía solidaria. Se suma a esto la falta de recursos para permanecer en las redes, por ejemplo. Agregamos que, empresarialmente, el medio de prensa en general se nutre de la mala noticia. Los logros personales o institucionales; la solidaridad; el crecimiento armónico; la participación; la alegría de los crecimientos familiares; entitativos, sociales -propios del sector- no son noticia. Es aburrida la paz social. La sangre si es “motivante”, vendedora… Y donde no hay o se busca que lo haya. Inventar lo malo es fácil.
- No es menos importante la falta de respaldo institucional que se observa en algunas naciones y provincias en Argentina. Así como existen lugares donde el tercer sector y la subsidiaridad son promovidos y respetados, inclusive constitucionalmente[2], como por ejemplo la carta orgánica de la Unión Europea; hay otros donde ni siquiera se recepta legalmente; donde lo mutual, lo cooperativo u otras figuras, no están legisladas. Se suma a esto la ausencia de ellas en los planes de estudios de TODOS LOS NIVELES.
RECONOCEMOS LAS DEBILIDADES, PERO…
El negativo preconcepto social que muchas veces lamentablemente se valida por la propia corruptela dirigencial, acompaña la difusión de hechos (reales o ficticios) dañinos, que perjudican, además de las personas, al sector. Eso se está sufriendo en la actualidad. El mensaje liberal clásico refractario a la justicia social, muchas veces es alimentado por los errores internos. Forzados o no deseados.
A diferencia de lo que antes vimos – los mundos políticos y económicos en general- LOS ERRORES EN ESTE AMBITO DE LA ECONOMÍA SOCIAL NO SE PERDONAN. Pocos se movilizan en defensa sectorial. Inclusive les es difícil hasta a los mismos organismos oficiales de control. No tienen paños atemperadores como los que nombramos para los casos de la política o para la economía.
Lamentablemente caen justos por pecadores. Señeras y pujantes instituciones regionales que aglutinan numerosas personas, familias e intereses, sucumben, por el desprestigio personal muchas veces inducido por terceros. El naufragio y su cono de succión, no discrimina; porque la verdad esta escondida…desdibujada entre la maleza. Los buenos dirigentes -otrora hacedores y pioneros- ensuciados, se desmoralizan y pasan los últimos tiempos de sus vidas tratando (infructuosamente a veces) de limpiar su imagen y de evitar sanciones o penas, resignando hasta el honor.
Pero el que pierde es el futuro: los jóvenes y niños de hoy y las sociedades que no podrán disfrutar de las bondades de una SANA ECONOMÍA como la social y solidaria.
[1] “…surge que efectivamente, la clase media, ha perdido esa característica de ser mayoritaria en el país”. www.msn.com/es-ar/noticias/other/los-datos-del-indec-que-marcan-la-nueva-realidad-de-la-sociedad-argentina/ar-AA1Cte1p?ocid=winp2fptaskbarhover&cvid=c7acacbde9c24573a1eab54293160c5d&ei=25
[2] Vr.gr. México.