Yanina Rusín, apoderada de la Olimpia Asociación Mutual -una de las muchas entidades afectadas por la Resolución-, prevé un panorama problemático.
¿Cómo interpretan esta resolución de la ANSES?
Es algo que no vimos venir, que no previmos de ninguna manera. No entendemos racionalmente el porqué de la misma. No obstante es una resolución nacional, hay que cumplirla y acatarla. Estamos tratando de manejar esta realidad de la mejor manera posible. Sabemos que el mutualismo es una forma libre que tiene la sociedad civil de asociarse, por eso no entendemos por qué una institución nacional que nos brinda la posibilidad de tener el código de descuento decide arbitrariamente dar de baja las cuotas sociales.
¿Cómo viene impactando en el funcionamiento cotidiano de la entidad?
Nos impacta negativamente puesto que la comunicación que tenemos con nuestros asociados, si bien es fluida, no lo es en todos los casos. En este sentido, tuvimos que reestructurar las prioridades y poner esta situación en primer lugar. Estamos notificando a todos los asociados pero los canales habilitados por la ANSES para expresar su voluntad positiva es bastante engorrosa. La mayoría de nuestros asociados son de edad avanzada por lo tanto son muy pocos los que manejan redes sociales o internet de manera natural. Por eso, tuvimos que concentrar todo el personal disponible a trabajar en esto.
¿Cuáles son las complicaciones que se les presentan?
ANSES habilitó tres formas para que el asociado ratifique su conformidad y en todas se presentaron complicaciones. Cuando el asociado asiste personalmente a las UDAI en la ciudad, siempre hay mucha gente, pierden su tiempo y no son bien atendidos. En muchos casos, el personal de ANSES no conocía debidamente la resolución. La opción telefónica a través del 130 también es problemática porque es difícil comunicarse, los tiempos de espera son largos y, también, hubo casos en que el personal de ANSES no estaba al tanto del trámite. Esto nos genera la incertidumbre acerca de si el empleado efectúo la ratificación correctamente, porque todo resulta muy confuso para el asociado y, por ende, para la mutual. La tercera vía es a través de la clave de Mi ANSES por internet, pero muchos jubilados la desconocían, por lo cual tuvimos que asistirlos con todo nuestro personal y capacidad informática. Pero en todos los casos no nos queda constancia de la ratificación. Con el correr del tiempo vimos que la ANSES empezó a dejar de descontar la cuota social a asociados que nunca manifestaron la voluntad de ser dados de baja y con quienes el organismo nunca se comunicó. Ante esta situación tuvimos que reasociar a jubilados desvinculados automáticamente por la ANSES. Estamos recibiendo bajas de ANSES sin tener ninguna constancia de que la persona quiso darse de baja, porque no se registra de ninguna manera la voluntad por el no, ni por el sí tampoco. Esta situación es muy grave ante servicios de medicina o de emergencia médica donde hay padrones y la peligrosidad de no responder ante una necesidad de esa magnitud es enorme. Administrativamente tuvimos que reducir los costos fijos, achicarnos a la mínima expresión, puesto que la masa societaria se está reduciendo drásticamente. Esto se tradujo en el cierre de dos delegaciones donde se fueron diez compañeros de trabajo. Algunos proveedores tuvimos que darles de baja.
¿Cómo viene siendo la respuesta de los asociados jubilados?
En este marco, y debido a todas estas dificultades que te comentaba, la tasa de reconversión al sí es baja (recordemos que la ANSES aplica automáticamente el no).
¿Cómo ven el escenario futuro?
El escenario futuro es oscuro. Sentimos que las entidades mutuales están siendo cercadas en su labor habitual. En esta coyuntura, no estamos pudiendo competir con nadie, estamos siendo castigados. Las empresas privadas tienen más oportunidades de desarrollo que una entidad solidaria. Este tipo de resoluciones atenta contra el principio mutual de libre asociación, y de libre renuncia también. Lejos de no acatar las normas, porque creemos en la gobernabilidad y somos por demás institucionalistas, sabemos que nos están diezmando y están poniendo en jaque la continuidad del movimiento mutualista argentino. Olimpia cumplió 25 años. Hoy su continuidad está en un serio riesgo, puesto que las condiciones han cambiado sin darnos tiempo a adaptarnos. En sesenta días es imposible reconvertir el sistema de pago con el que venimos trabajando hace mucho tiempo. Creemos que el gobierno quiere cuidar a las personas más vulnerables de la sociedad, pero esta no es la forma correcta.
