El 7º de octubre próximo, por ser el primer sábado de octubre, se celebrará el Día del Mutualismo, que es uno de los símbolos del sistema mutual que merece ser festejado, porque se festeja la ayuda mutua, la solidaridad, el esfuerzo propio y todos los valores éticos que rigen a nuestro sistema de organización, que por tener ese basamento en su naturaleza, honra a los seres humanos que lo practican.
Es de desear que para mantener vivos el espíritu mutualista, la relación de pertenencia de todos sus miembros y las bondades del sistema, en cada localidad donde funcione una mutual, se realicen actos en las sedes, plazas, teatros o donde sea posible reunir a la comunidad, que por modesta que sea la celebración, siempre contribuirá a construir y fidelizar los lazos que unen a la mutualidad con sus asociados y con la comunidad.
Como todos los años, es una excelente oportunidad para difundir entre la población en general, qué es el mutualismo, sus valores, sus beneficios, su organización, etc., de manera que a través de hacerlo conocer y como un gesto amplio y solidario, se dé la oportunidad de que una mayor cantidad de personas se beneficie con nuestro sistema, a la vez que se termine con la confusión que existe en la población que no lo conoce, de creer que se trata de una obra social, y lo que también es muy importante para fortalecer su imagen, que tradicionalmente ha sido manchada por quienes, por intereses mezquinos absolutamente personales y alejados de los valores éticos que lo enaltecen, han reemplazado su noble función de estar al servicio de los asociados, para servirse de este sistema con malas artes y que tanto lo han perjudicado en nuestro país.
Es una obligación de cada mutualista poner fin a las acciones que históricamente le han ocasionado tanto daño al sistema y que se le continúa infligiendo, porque ninguna persona de bien debe permitir que en su ámbito de actuación se realicen prácticas que estén reñidas con la ética. Esto que a simple vista puede parecer una utopía, constituye parte de lo que debe ser, pero que lamentablemente en nuestra sociedad, como se han ido naturalizando muchas malas prácticas, se ha instalado el concepto de que quienes obtienen ventajas aunque no respeten los valores éticos, se les adjudica el calificativo de “vivos”, y a quienes hacen de los valores un estilo de vida, muchas veces se los considera “tontos”.
Pero los mutualistas diferencian muy bien ambos conceptos, y es por eso que las mutuales que están regidas por los principios y valores del mutualismo, son entidades respetables y muy bien consideradas y valoradas por sus asociados.
El simbolismo de este día merece ser reconocido, ya que se trata nada menos que de revalorizar las virtudes que caracterizan y distinguen al sector.
Somos herederos de la trayectoria que nos han legado los hombres que tuvieron el sueño de ayudarse mutuamente, y al concretarlo, generaron una conducta asociativa y una preocupación por el prójimo con lo que sin duda beneficiaron a muchas comunidades.
Sin estos sueños que se llevaron a la acción, no se podría explicar la existencia de tantos teatros; de tantos servicios de atención de la salud; campos de recreación; complejos turísticos, etc., que han sido construidos en una gran cantidad de localidades de nuestro país por las mutuales de diferentes colectividades.
Tenemos una rica historia en la que apoyarnos, en la que con muchos menos recursos de los que se pueden disponer en la actualidad, constituyen un ejemplo de lo que es posible construir cuando prevalecen los valores organizacionales. Esto lo han demostrado los inmigrantes, es decir nuestros propios antepasados, a quienes reconocemos como creadores y pioneros de este crisol de razas del cual provenimos los argentinos.
Es cierto que la velocidad tecnológica que ha modificado tantos hábitos; los cambios constantes a los que tenemos que adaptarnos con rapidez y las nuevas formas de trabajar, podrían hacer creer que nuestras organizaciones quedan obsoletas. Pero esto no tiene nada que ver con la realidad, porque el sentido humanista; las nobles sentimientos que motivan a los mutualistas y la afinidad de sus integrantes, entre otros factores, demuestran la sensibilidad que tienen, y de este modo aglutinan y dan protección a los asociados. No somos una empresa comercial que revoluciona al mundo, somos agentes de transformación que cambia y mejora a las personas, lo nuestro es una causa, una misión y en ella estamos para dar sentido a la vida.
Lo que hace fuerte a cada entidad y al sector, es la unidad de sus miembros, y si bien todavía hay diferencias que aparentemente son muy difíciles de superar, entre algunas personas que son influyentes, y que conducen al debilitamiento de los esfuerzos del conjunto en lugar de promover su fortalecimiento, siempre existe la esperanza de que en algún momento puedan acercarse las posiciones que las alejan, para lo cual no cabe duda que tendrán que hacer un gran esfuerzo e intentar comprender la razonabilidad o no de las cuestiones que los mantienen distanciados, de modo de intentar subsanar esas diferencias resolviendo aquellos aspectos que también resulten perjudiciales para el sector.
Los elevados objetivos humanistas de la mutualidad merecen que las personas que desempeñan cargos importantes, hagan todos los esfuerzos que sean necesarios para defender unidos al mutualismo, y que ninguna de las partes, aún teniendo que pagar altos costos, permita que en su ámbito de gestión se realicen prácticas reñidas con los valores éticos. Eso le dará la autenticidad que necesitan sus protagonistas, para que después, nadie pueda decir absolutamente nada en contra del sistema, porque al ser transparente, podrá erigirse con justa razón en un buen ejemplo de lo que son capaces de hacer los hombres y mujeres que abrazan esta causa porque sienten amor por el prójimo. Y contando con eso, no hay nada que lo roce o pueda lesionarlo.
Por un Día del Mutualismo en el que comience la depuración del sistema, les decimos ¡Salud y fuerza amigos mutualistas!