A la espera de una gran cosecha y sin opción de acercarse a los bancos en busca de créditos, los productores agropecuarios volvieron a recurrir al préstamo en cooperativas y acopios, pero por sobre todo al canje para financiar la campaña.
A partir de los u$s8.000 millones que quedaron en el campo sin levantar, el productor no tuvo otra manera que pagar sus tarjetas con lo ahorrado en los dos periodos anteriores. De esa forma canceló en julio pasado los gastos de la campaña 2017/2018 en una cifra cercana a los u$s6.000 millones, señalaron fuentes bancarias. Eso sí, nadie refinanció la deuda. Todos quedaron en cero, relataron.
Empezaba de esa forma la búsqueda de créditos primero para el trigo, un cultivo que le permite al productor “hacer caja”. Luego están la soja y el maíz. Ambos sirven de “ahorro” ante eventualidades como las que pasaron.
Esto fue producto del cambio en los convenios especiales con proveedores de 180 días libres a tasa de interés del 0% que desaparecieron casi por completo del escenario bancario actual. Lo que produjo gran cantidad de convenios suspendidos o cortados a 60 días y 90 días. El instrumento sintió los problemas macroeconómicos.
En este punto la BCR observó una fuerte presencia del financiamiento vía “canje de insumos por granos a cosecha” con destacada presencia de cooperativas, acopios y proveedores de insumos.
En algunos casos se ha procedido a cargar al canje tasas de interés en dólares del 1% al 1,5% mensual. Otros convierten el valor de los insumos entregados a “toneladas de soja a entregar a cosecha”, aplicando directamente la cotización de la soja según Matba/Rofex mayo 2019.
Un dato no menor y que aportó el presidente de Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Matías De Velazco, sobre el motivo de alejarse de los bancos responde al pago que debieron hacer aquellos productores que recurrieron al crédito en dólares.
Vale recordar que en julio de 2017 los bancos ofrecían dos opciones a la hora de buscar capital de trabajo. Una en dólares con una tasa anual del 3% y otra en pesos del 25 por ciento. El productor tomó, desde ya, la primera.
Se entiende entonces la necesidad del campo de que las cosas le vayan bien en la cosecha. Al menos el trigo empezó con el pulgar para arriba aunque algunos se vieron afectado por las últimas lluvias. El productor sigue mirando al cielo y ruega que lleguen las lluvias para mejorar los rendimientos en soja y maíz. Estas ganancias servirán para pagar los préstamos tomados, de lo contrario se complicara el panorama. Sin bancos a quien recurrir los chacareros dependen de sí mismos por decirlo así
Fuente: Bae Negocios