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Ecofeminismo y soberanía alimentaria

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Maely Cruz Hernández
Maely Cruz Hernández
Licenciada en Ciencias Alimenticias por la Universidad de La Habana, Cuba, 1997, ocupó la Subdirección General y Subdirección Comercial de la Empresa Nacional de Frigoríficos de Cuba, entre 2009 y 2013 y como especialista de calidad y jefa de departamento comercial en la Empresa Nacional de Frigoríficos de Cuba, entre 1998 y 2009. Actualmente vive y se desempeña profesionalmente en Buenos Aires.

El viernes 17 de julio, fue el segundo de los tres encuentros, “Conversatorio sobre Seguridad Alimentaria. Diálogo entre ciudad y el campo”,  convocado por el CGCyM, (Colegio de Graduados en Cooperativismo y Mutualismo), que fue coordinado por Erica Smutt, licenciada en Nutrición y especialista e investigadora  del INTI, (Instituto Nacional de Tecnología Industrial).

La cita virtual, que contó con una concurrida participación, en esta oportunidad tuvo como invitadas a Marta Ferreira, Ministra de Agricultura de  la provincia de Misiones, autora de las leyes “Fomento de la producción agroecológica” y de “Agricultura familiar”; a Amalia López, técnica en Cooperativismo y Mutualismo, representante del Gabinete de Equidad de Género del CGCyM y representante de esta institución en la provincia de Entre Ríos; a Miryam Gorban, licenciada en Nutrición, coordinadora de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria; a Elina Figueroa, docente de la cátedra de Soberanía Alimentaria de las Universidades de Buenos Aires y de Tres de Febrero; y a Camila Ortellado, integrante de la comisión de la secretaría de género de la UTT (Unión de Trabajadores de la Tierra).

El tema de género, y en específico el rol que desempeñan las mujeres en la mejora de las condiciones socioeconómicas y políticas de las sociedades en la actualidad, está siendo profusamente abordado a nivel mundial, lo cual no es un hecho casual ni menor, sino causal, dado al papel circunscrito estrictamente al ámbito familiar que hemos tenido desde el inicio de la construcción de la sociedad. Pero gracias a la lucha de las mujeres en ciertos países desarrollados y su acceso a la educación formal, se ha alcanzado un alto grado de emancipación y, por consiguiente, la inserción de la mujer en el mundo laboral. Desde la plataforma educacional del CGCyM han alzado sus voces para reivindicarnos.

La charla tuvo notables exposiciones científicas, lo que nos hace saber que son también verdaderas activistas de la soberanía alimentaria. A través de sus ponencias, pusieron de manifiesto cómo la mujer argentina “no calla, se expresa  y actúa” ante situaciones relevantes que atentan contra la salud, la alimentación, al desarrollo social, la educación y enseñanza, los derechos de género, la protección de la tierra y la cultura étnica. Apuntaron a la inserción femenina en las acciones emprendidas para el desarrollo de la producción agroecológica en zonas rurales y pueblos originarios, su participación en la difusión de la materia agroecológica en instituciones de enseñanza secundaria, su participación en la dirección de cooperativas, entre otros asuntos importantes.

Hoy, la situación de pandemia Covid-19, a nivel global y también en la Argentina, por qué no, ha llevado a un elevado punto de reflexión en las esferas de la salud y particularmente de la alimentación, las cuales están estrechamente relacionadas y, una vez más, las mujeres argentinas han tenido un rol protagónico en la soberanía alimentaria dentro de este marco sanitario.

Marta Ferreira, de forma muy enriquecedora, por su parte hizo referencia al trabajo que viene desarrollándose en la provincia de Misiones, una de las más pequeñas en su extensión (29 801 km², el 0.8% del país). Sin embargo allí se demuestra el alto sentido de responsabilidad y compromiso con la agricultura como sostén familiar, siendo esta provincia, de las 24 que conforman la República, la pionera en sancionar y aplicar una Ley de Soberanía Alimentaria, aprobada unánimemente en la Legislatura provincial en septiembre de 2019 (Ley VIII-75).

Dijo la titular “…es el derecho del pueblo de Misiones a definir su propia política agrícola-alimentaria, con los componentes centrales de acceso a la tierra, el agua segura y de calidad y las semillas nativas y criollas…” En relación a la crisis vivida en el año 1995, y en torno al papel de la mujer señaló “… y fueron las mujeres las que salieron a vender todo lo que podía producirde la mano de seis familias…” “…las mujeres hoy aportamos sabiduría, sabores, amor, cuidado a nuestra  tierra y aportamos este sueño de otro modelo productivo…”;  así como también concluye diciendo “…poder coincidir con política públicas nos da más fuerzas…”

Elina Figueroa,  expresó: “…la soberanía alimentaria propone valorizar los saberes ancestrales…”, “…los pueblos originarios deben ser respetados…”, “…la agroecología se propone como modelo de producción porque hay que cuidar el uso de semillas criollas y no las transgénicas…”

Otro ejemplo del rol de la mujer, lo expuso Amalia López, representante del CGCyM, quien visualizó la labor que desempeña la ONG “Luz de Iberá”, oriundas sus integrantes de la provincia de Entre Ríos, quienes a través de sus ferias y transmisión de experiencias han tenido influencias regional, nacional e internacional. Son tres docentes comprometidas, además especializadas en comestibles silvestres y entre sus grandes aportes está el de haber creado una escuela agroecológica en la ciudad de Concordia para estudiantes del nivel secundario.

Acuñaron las ponencias, el relato de las memorias vividas por Miryam Gorban, referente del país en materia de alimentación, nutrición y salud, quien reconoció que aunque queda aún un largo trecho por recorrer, ha habido avances desde que ella comenzó a transitar por estos camino hacen más de 60 años de su carrera. Remarcó el papel determinante de las mujeres en la lucha y defesa del medio ambiente, el campo y la salud humana.

Aludió y reconoció a las Madres de Ituzaingó, quienes desde el 2002, encabezaron las luchas contra los agrotóxicos en la provincia de Córdoba; a las mujeres del Paraná con el Movimiento Basta es Basta, por una vida sin agrotóxicos en la provincia de Entre Ríos; así como también mencionó el carácter protagonista, infaltable, destacado y casi imprescindible de la mujer, en los comedores que se han instalado en toda la nación desde el comienzo de la cuarentena durante la pandemia.

Gorban, dijo al finalizar: “… el hambre es un crimen…”

Y con mi mirada, propia y lógicamente femenina, apreciando los lentos pasos y a veces estancados, en los procesos de desarrollo y crecimiento de las naciones, de cara a un mediato futuro, me pregunto: ¿será que la vida política y la gobernanza democrática requieren de mayor participación de las mujeres? ¿Será esa mayoría masculina apoderada por herencia sociocultural de hace muchos años atrás debe dejar de vernos como simples espectadoras de los procesos socioeconómicos, que avanzan a cuentagotas?

Sin la activa participación de la mujer, se evidencia que no hay sostenibilidad en el desarrollo de los proyectos. Las mujeres han marcado la historia y son el más vivo ejemplo de mantener proyectos, más aún cuando son las que con su vida dan vida.

Ver video completo de la actividad:

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