Entrevista exclusiva al histórico dirigente cordobés, exlíder del Grupo Devoto y actual funcionario del gobierno provincial, que habla sobre la realidad local y nacional del asociativismo, y la tradición de un sector siempre acostumbrado a tener que poner una pica en Flandes.
¿Cómo se siente en su nuevo rol ejecutivo?
– La verdad que me siento realmente muy bien al ocupar un cargo de secretario en este nuevo ministerio. Y, además, trabajar en favor de las cooperativas y de las mutuales de nuestra provincia me hace mucho bien y me hace sentir útil en este momento tan especial de nuestro país, por las dificultades que tenemos los argentinos. La economía solidaria es la mejor manera de afrontar estas situaciones. Cuanto mayor sea una crisis, más cooperativismo y mutualismo tiene que haber.
¿Qué aprendió en estos meses?
– Que existe un sector de la economía solidaria que son las cooperativas de trabajo, fundamentalmente vinculadas al mundo de la economía circular, que rodean la ciudad de Córdoba, y que está compuesto por gente de muy escasos recursos y que sobreviven gracias al cooperativismo. Yo realmente desconocía esta realidad, y ahora estoy viendo un montón de cooperativas que están en asentamientos de los barrios más pobres afuera de la ciudad, y que han encontrado una forma de organización social a través del cooperativismo de trabajo. Esa es la herramienta que tienen para comer y dar estudio a sus hijos, procurándose una vida digna. También conocí algunas cooperativas, como la de Villa María, donde veo un enorme esfuerzo solidario. Al principio me sorprendí por no haber conocido antes esa realidad. Y ahora siento mucha empatía por ellos, y estoy trabajando para ayudarlos a través de distintos programas que tiene nuestro ministerio.
¿Observa alguna diferencia entre la organización de las entidades solidarias en Córdoba con respecto a las demás provincias?
– En Córdoba tenemos mil cuatrocientas cooperativas y cuatrocientas mutuales. Somos junto a Santa Fe y Buenos Aires los de mayor desarrollo de la economía social y solidaria, donde el cooperativismo y el mutualismo están, sin duda, más enraizados que en otros lugares. En ese sentido, particularmente las cooperativas agrícolas despliegan una labor muy significativa, asociando a muchas personas. O las de servicios públicos, que en Córdoba son más de doscientas, y prestan servicios en cada pueblo; ahí donde no está el Estado sí están las organizaciones asociativas llevando el agua potable, la energía, la conectividad a internet, la televisión por cable, ambulancias y farmacias. La verdad es que estamos en una provincia donde la economía social se respira en cada pueblo del interior. Por eso también estoy tan feliz de que Córdoba sea la primera en tener un Ministerio de Cooperativas y Mutuales, lo que es un gran mérito del gobernador Martín Llaryora. La economía social, establecida en cada comunidad, genera arraigo, porque genera servicios, una forma de vida de calidad y justa.
¿Cree que el modelo Devoto es replicable en alguna otra provincia argentina?
– Pienso que sí, que el modelo Devoto se puede replicar perfectamente, a tal punto que el próximo año nuestro ministerio organizará visitas a Devoto con cooperativas y municipios que, con recursos que conseguirá el propio estado provincial, tratará de financiar modelos donde haya fuentes de trabajo. Lo que distingue a Devoto es que, además de cooperativas de servicios públicos y mutuales de ayuda económica, hemos logrado forjar cooperativas ligadas a la producción. Y eso es lo que vamos a difundir el año que viene porque entendemos que, justamente, se trata de un modelo muy posible de replicar
¿Ve posible que se disuelva el INAES y se lo reconvierta en otro tipo de institución?
– No debería. Sería realmente una pena. El INAES es necesario. Y es imprescindible la existencia de un organismo de contralor como de promoción. Es fundamental e indispensable, diría. Asimismo, se podría llegar a un cien por ciento de financiación con aportes del sector (hoy es noventa por ciento), por lo que no genera gasto para el Estado, o genera muy poco. Por supuesto, habrá cosas para mejorar en su administración, siempre se puede mejorar y corregir errores. Marcelo Collomb, alguien a quien conocemos, ya desarrolló una excelente gestión en 2016-2019, y me da mucha satisfacción el ingreso al directorio de Matías Kelly, que es un ser humano maravilloso y de suma capacidad. No creo tampoco que el organismo deba reconvertirse bajo otra modalidad.
¿Piensa que el afán de hacer tributar ganancias a las cooperativas y mutuales finalmente se impondrá en algún momento?
– Me permito tener la esperanza de que nunca, pero nunca, se aplicará el impuesto a las ganancias a las cooperativas y mutuales, porque sencillamente estas organizaciones no tienen ganancias, y es, por ende, imposible que tributen ese impuesto. Los excedentes, en el caso de las mutuales, solo benefician al grupo y al sector social al que pertenece esa mutual. Lo mismo ocurre con las cooperativas, donde los excedentes, en general, se reinvierten para nuevos servicios que siempre terminan beneficiando a la gente. Tengo la convicción de que nunca van a lograr imponer ese impuesto, y lo más revelador de esto fue el rechazo contundente al artículo 111 de la ley Bases, algo demostrativo de lo muy bien representado que está el sector dentro del Parlamento.
