Por Jorge Bahl*
En la actualidad, dos cuestiones cruciales emergen en el ámbito de la economía social: la existencia misma del INAES y la quita de las exenciones impositivas.
Con la llegada de una nueva administración nacional en diciembre, se ha comenzado a cuestionar no solo el funcionamiento, sino también la continuidad de varios organismos estatales. Años de falta de control y desinterés por parte de ciertos líderes han sembrado dudas sobre la efectividad de lo público. El INAES, encargado de la fiscalización y promoción de mutuales y cooperativas, no ha quedado exento de críticas provenientes de algunos sectores propios y del oficialismo.
Este panorama genera un riesgo latente de desmantelamiento del instituto, aunque también se observa una firme determinación por parte del sector en la defensa de los derechos que se han conquistado a lo largo del tiempo.
Otro tema de relevancia en la discusión actual son los beneficios impositivos que reciben los asociados a través de nuestras organizaciones. Es fundamental recordar la naturaleza NO lucrativa de las mutuales, cuyo principal objetivo es ofrecer servicios a sus miembros a precios accesibles. Cualquier excedente generado se reinvierte en la mutual para mejorar sus prestaciones, en lugar de ser distribuido como ganancias. Esta característica no lucrativa es precisamente lo que justifica sus exenciones fiscales. Además, es esencial resaltar la función social que desempeñan al brindar apoyo a comunidades con acceso limitado a servicios esenciales. Las exenciones fiscales no son solo un beneficio, sino una forma de respaldar y fomentar a los sectores más vulnerables de nuestra sociedad. Las mutuales representan una forma de organización dentro de la economía social que promueve la cooperación y el bienestar común. Los beneficios impositivos refuerzan estas organizaciones, que complementan tanto al sector público como al privado en la provisión de servicios y en la creación de empleo.
En una nota anterior (https://www.economiasolidaria.com.ar/compromiso-de-los-dirigentes-desafios-y-perspectivas-para-el-proximo-ano/) mencionamos que “en el nuevo ciclo que vamos a transitar, la dirigencia tendrá la crucial tarea de fortalecer cada una de las instituciones a las que pertenece y contribuir al movimiento con valores fundamentales como la participación y la unidad”. Con unidad y compromiso, dejando de lado los intereses sectoriales, podremos no solo superar este momento de incertidumbre, sino también fortalecer el sector. No sería la primera vez que se intenta combatir a la economía comunitaria; las grandes corporaciones ya lo han intentado.
Reconociendo nuestras debilidades pero apoyados en nuestras fortalezas quizá sea momento de que toda la dirigencia se reúna en torno a una mesa y acuerde temas estratégicos que garanticen y faciliten nuestra existencia. Con lucidez y coraje, anteponiendo los intereses del conjunto, el futuro será prometedor
*El autor es miembro de la Comisión Directiva de AMEPORT, y de la Federación Argentina de Mutuales Ferroviarias y de Empleados Públicos Nacionales, Provinciales o Municipales (FAMUFER)