Con un diseño institucional complejo, amasado con 53 años de militancia cooperativa en Mar del Plata, esta gran cooperativa de trabajo se engarza como una pieza clave en una comunidad que requiere cada vez de los cuidados por parte de profesionales. Cuidando a las personas que cuidan, la cooperativa cuenta con equipos profesionales y de gran experiencia que supervisan y acompañan permanentemente, con ámbitos de participación y reflexión sobre la acción
De boca en boca es como se propaga la calidad y calidez que ofrecen los profesionales de la Cooperativa de Cuidadores Domiciliarios de Mar del Plata, conformada por 140 asociados. Reciben solicitudes de distintas organizaciones relacionadas con la salud, médicos geriatras, gerontólogos y recomendaciones de familiares que han utilizado sus servicios.
Junto con la cooperativa chaqueña Soltrecha son pioneras en el rubro e impulsan el espacio de coordinación entre cooperativas del cuidado, que se reunieron el 30 y 31 de marzo de este año en Puerto Madryn e impulsan la nueva ley que regule, jerarquice y profesionalice la actividad.
–¿Qué necesidades resuelve la cooperativa?
–Nosotros atendemos adultos a partir de los 18 años, especialmente mayores, porque estamos en Mar del Plata y es un foco de personas mayores, pero también cuidamos a personas con discapacidad y con enfermedades crónicas.
Con 53 años de militancia en el movimiento cooperativo, Elsa Miori, presidenta desde sus orígenes enumera la cantidad de actividades que implica cuidar: acompañamiento, asesoramiento en la vida diaria, administración de medicación indicada por los profesionales, preparación de alimentos (si es necesario con ingesta asistida), higiene, arreglo personal, prevención de accidentes, actividades acordes a cada persona, colaboración en las prácticas indicadas por profesionales, por ejemplo determinados ejercicios, y control de signos vitales.
“No hacemos ninguna tarea que tenga que ver con enfermería aunque tengamos enfermeros, y también tenemos A.T. (acompañantes terapeúticos) que la labor que desempeñan es de cuidadores domiciliarios”, aclara, en diálogo telefónico con el períodico Economía Solidaria.
–¿Cuántos socios/as integran la cooperativa y cómo se organizan?
–Somos 140 en total. Catorce personas trabajamos en la sede, donde estamos repartidos por área de trabajo: área institucional, que se ocupa de los vínculos externos e internos; el área operativa, que es la más compleja de todas porque trabaja en el vínculo con las familias, los trabajadores y la organización, y la designación de qué cuidador va a qué familia y por qué, y etc, etc; él área contable que lleva adelante el trabajo administrativo y el área educativa, de la formación profesional; el área de psicología y educación para el adulto, ocupandose de la salud mental del cuidador, de la persona cuidada y de las patologías, abordando también situaciones que se presentan.
–¿Cómo diseñaron ese esquema organizativo?
–Cuando nosotros nos conformamos éramos diez: ocho cuidadoras y dos profesionales, una psicóloga y una trabajadora social, que eran las coordinadoras del curso del Ministerio de Desarrollo Social de Nación, que querían que formemos una cooperativa, y como yo vengo del mundo cooperativo, tengo 71 años y estoy desde los 18 en el movimiento cooperativo de crédito, entonces les dije: “No, como asesoras no. Tienen que venir y formar parte de la cooperativa”. Y así lo hicieron. Entonces desde el primer día tenemos lo que llamamos “Grupos de Reflexión” que atienden todos los temas laborales y los conflictos internos. Todos los compañeros pasan una vez por año por el Grupo de Reflexión que dura ocho semanas, y en caso de que tengan algún conflicto repiten en el año la participación en este espacio. Además de trabajar los problemas, en estos grupos nos basamos para planificar los contenidos de los cursos de capacitación, por ejemplo, los talleres de refuerzo que programa el área de psicología. Los talleres que más se repiten son los de movilidad, demencia, signos vitales, y RCP (reanimación cardio pulmonar).
–¿Y el curso anual de cuidador profesional con qué modalidad se cursa?
— Puede ser el curso del Ministerio de Desarrollo Social de Nación, que cuando lo bajan a través nuestro lo hacen de forma gratuita, o el nuestro, que es igual pero con cinco módulos agregados de cooperativismo y economía solidaria. Y entonces, el certificado nuestro, es de Cuidador Domiciliario Cooperativo.
–¿Qué buscan transmitir en las unidades sobre cooperativismo?
–Después de una experiencia larga, en la que uno va modificando la forma de pensar en función de lo que va viendo, nosotros lo que damos es trabajo en equipo.
–En contra del individualismo
— Exactamente. Porque lo hemos hecho al revés y no funciona: te dicen que saben lo que es el cooperativismo y al tiempo lo olvidan. Por eso trabajamos primero, y con los Grupos de Reflexión, todo lo que es el trabajo en grupo con los adultos mayores, con las familias, porque comparten el trabajo: si tenemos familias de 24 horas, en esas familias tenemos 5 cuidadores (tres cada ocho horas y dos para los fines de semana). Y le dedicamos un tiempo de contención al cuidador, que eso no lo podés cobrar.
–¿Con qué otros modelos de cuidado compiten en lo local?
— Nosotros competimos con nosotros mismos, porque buscamos ser muy competentes, y desde ahí podemos competir en el resto, pero centrados en perfeccionarnos cada vez más.
–¿Y cómo lo hacen?
— Vamos viendo las nuevas necesidades que van surgiendo, los nuevas indicaciones que presentan los médicos ante determinadas patologías y nosotros vamos buscando capacitación en ese sentido. Trabajamos con obras sociales de una manera muy particular: las familias nos pagan a nosotros, y les facturamos y les hacemos toda la papelería que necesitan para el reintegro.
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Otro tipo de cuidadores domiciliarios son los que trabajan en forma independiente y los que trabajan en empresas, que en Mar del Plata, se quedan con el 60% del valor que se les cobra a las familias. Desde la cooperativa rondan el 75% que cobra el CUIT del cuidador y con el 25% sostenemos la organización.
–¿Y la organización que hace con ese ingreso?
— La cooperativa tiene un servicio de formación y contención del cuidador, y además cuidamos a las familias de que ningún cuidador pueda hacerles un juicio sin razón. Firmamos un acuerdo con las familias, de que si eso llegara a pasar nosotros nos hacemos cargo del cien por ciento de las dificultades que les podrían traer a ellos. Y esta es una garantía importante.
–¿Cómo se garantiza la seguridad social de las trabajadoras de la cooperativa?
— A través del régimen de monotributo o monotributo social, dependiendo los bienes e ingresos de cada persona. Y somos entidad efectora ante el ministerio de Desarrollo Social de la Nación, y por lo tanto tenemos que tener más del 70 por ciento de monotributistas sociales. Y por ser efectores tenemos derecho a recibir subsidios y también podemos conveniar con la municipalidad, o con otros niveles del Estado, sin licitación. Es un trámite que trae un montón de trabajo.
— ¿Participan de la red de Cooperativas de Cuidado?
— Junto con Soltrecha de Chaco somos promotoras de la red. Somos hermanas, que trabajamos en distinto lugar pero tenemos problemáticas muy parecidas, y estamos en permanente comunicación, las dos pertenecemos al concejo administrativo de FeCoTra, y después del encuentro que hicimos en Puerto Madryn donde se presentaron 62 cooperativas de cuidado, estamos trabajando en la formación de una federación del sector de cuidados.
Esta nota periodística es producto del convenio INAES-CGCyM, en busca de la visibilidad de entidades destacadas de la Economía Social y Solidaria de todo el territorio argentino