Por Ing. Aníbal T. Colombo* 

Esta propuesta tiene como objetivo el aprovechamiento de vastas zonas que son desérticas en nuestro país por carecer del agua indispensable para que puedan transformarse en tierras productivas. Se trata de un proyecto de gran magnitud, que de llevarse a cabo, significaría un factor generador y multiplicador de riqueza, ya que a la mejora de los suelos, que los transformará en tierras aptas para la actividad agropecuaria, debe agregarse la gran cantidad de obras civiles que demanda, y las que se generarán por la radicación de colonos en zonas actualmente despobladas.

El proyecto a desarrollar requiere la construcción de represas de tierra de bajo costo generando espejos de agua y recarga de acuíferos para incrementar las reservas mundiales de agua dulce; ampliar la frontera agropecuaria argentina recuperando 70 millones de has. áridas en el noreste argentino, logrando además, la atenuación de inundaciones, previa salida al mar.

El desarrollo debe realizarse en zonas de baja densidad de población (0.01 hab/km2, extremo norte–zona de El Impenetrable; Extremo sur-meseta patagónica austral. El diseño incluye la futura ampliación a otras áreas que también escurren importantes volúmenes de agua dulce al mar.
Entre los objetivos buscados se encuentran: Desarrollo de infraestructura para los asentamientos humanos que acompañan la expansión de la frontera del proyecto; Forestación en la meseta patagónica para control de vientos; Desarrollo en la Patagonia de la cría de ganado bovino y camelido autóctono; Ordenamiento de especies valiosas en monte atóctono; Protección de fauna autóctona con corredores ecológicos; Generación de trabajo productivo para más de 15 millones de personas; Producción industrial a partir del nuevo desarrollo agropecuario; Generación de presión geopolítica en zonas despobladas.
Introducción:

“Cero agua dulce al mar” es el resultado de las observaciones que hice a lo largo de mi trabajo de recuperación de campos durante los últimos 35 años. La idea fundamental del proyecto implica la retención máxima del agua dulce que se escurre al mar.

La Argentina cuenta con una de las mas fértiles llanuras del mundo -la pampa húmeda- con lluvias adecuadas para la explotación agropecuaria, que ocupan cerca del 30 % de su territorio.

El resto del país presenta distintos relieves y climas desde selva subtropical a meseta patagónica árida, fría y ventosa.

De las áreas que escurren agua dulce al mar se eligieron para esta primera etapa, dos zonas, ubicadas en extremos opuestos del país con similares características: bajo régimen de lluvia (200 mm/año), escasa población (0,01hab/km2) y pobre desarrollo en general. Paradójicamente estas zonas son atravesadas por grandes volúmenes de agua durante cortos períodos de tiempo provenientes de las intensas lluvias (2500 mm/año) y/o deshielos originados en las altas zonas andinas.

Existen otras grandes zonas del país a desarrollar, que también escurren agua dulce al mar y que en el futuro deberían incorporarse al proyecto.

La formación de miles de espejos de agua retenidos en las zonas propuestas son fuente de inimaginable desarrollo: en un principio, agropecuario, incorporando aproximadamente 70 millones de has. de tierras marginales al proceso productivo argentino.

Proyecto

Las dos zonas elegidas para el proyecto son de distinto relieve y condiciones climáticas diferentes.

ZONA NORTE DEL PAIS: retención y atenuación de crecidas; área de retención en El Impenetrable.

Ubicada en el extremo norte argentino de clima tropical con estación seca, la dividimos en dos grandes áreas: un área de retención propiamente dicha, llamada El Impenetrable de 16 millones de has. con pendientes de dirección Oeste a Este que varían entre 0,5-3m/km. Muy árida, cubierta con monte virgen, y fauna silvestre autóctona, con escasísima población indígena –tobas, matacos, wichis, etc.- y con muy escaso ganado vacuno.

Esta zona se continúa hacia el este, disminuyendo su pendiente hasta anularse en dirección al rio Parana, convirtiéndose en zona inundable. Comprende el este de Formosa, este de Chaco y los Bajos Submeridionales en el norte de Santa Fe y ocupa una superficie estimada en 21 millones de has. Se caracteriza por su mayor densidad de población, importancia económica y producción, pero siendo afectada anualmente por importantes inundaciones que perjudican sus cultivos, poblaciones e infraestructura, llegándose a evacuaciones masivas de población urbana y rural.

Estos efectos no deseados los soluciona el proyecto propuesto que consiste en la retención en la zona de El Impenetrable del agua que la atraviesa durante los períodos de grandes lluvias (marzo-abril y noviembre) mediante una densa red de económicas represas de llanura de tierra.

Se estima que los espejos de agua así formados deberían sumar una superficie equivalente al 10 % de la superficie de El Impenetrable (1,6 millones de has.) que sería la necesaria para atenuar los efectos de las inundaciones en la zona descripta.

Lo que implicaría construir un total de 5500 represas de llanura de 300 has. de superficie cada una, ubicadas en las corridas naturales de agua de cuencas o subcuencas que se ubicarán de acuerdo a la altimetría del terreno. Esta altimetría no existe y se debería implementar mediante aerofotogrametría con cámaras láser debido a la espesura del monte que cubre el terreno.

Las represas deberán ser proyectadas de acuerdo a los terrenos sobre los que se asientan, pudiendo ser superficiales o sub-superficiales.
Se extendería la frontera agropecuaria en aproximadamente 37 millones de has. en la zona norte del proyecto.

En El Impenetrable mediante un desmonte orgánico se pueden llegar a obtener tres cosechas anuales –trigo, maíz y soja- o dos cosechas de soja o importantes cosechas de algodón, debido a su clima. Además el monte autóctono natural con sus valiosas especies puede ser ordenado, y las zonas desmontadas para agricultura ser compensadas por forestación en las áreas recuperadas de inundación en los despoblados Bajos Sub-meridionales.

ZONA SUR DEL PAIS: retención de agua; área de retención patagónica

La zona en estudio propuesta es la meseta patagónica en las provincias de Chubut y Santa Cruz.

El primer dato a obtener son los caudales consumidos en la actualidad por la zona de influencia de cada corriente con llegada al mar. El excedente a este caudal en las épocas de crecidas se desvía sobre la meseta patagónica, mediante tomas con presas en los cauces principales tal vez de hormigón. Saliendo el agua por estas tomas a la meseta, se distribuye por las corridas naturales reteniéndose con represas de tierra de bajo costo en puntos estratégicos. Esta zona cuenta con las altimetrías y cuencas digitalizadas.

Esto no es nuevo en la zona, ya que en el año 1929, en la estancia La Julia, atravesada por el río Chico en la provincia de Santa Cruz, cuatro hombres de origen italiano utilizando un tractor Fordson y una pala de buey, lograron retener agua y mediante la misma, forestaron cortinas de protección con 3 millones de árboles para cortar los fuertes vientos de la zona patagónica, lo que permitió, a posteriori, lograr cosechas de trigo, centeno, alfalfa, hortalizas, etc., además de flores y plantas decorativas, y por consiguiente ganado vacuno, ya que la meseta patagónica sólo desarrolló hasta ahora ganado ovino que produce desertificación.

El proyecto de esta zona sur, permitiría extender la frontera agropecuaria en otras 33 millones de has.

Hoy día se está implementando la cría en cautiverio del guanaco, especie autóctona que no es desertificante y cuyo pelo es de gran valor.

Las pasturas a obtener permitirían la esquila incruenta del guanaco. La carne del mismo ha sido el alimento principal de la población patagónica durante miles de años.

Es de hacer notar que en esta zona se encuentra en desarrollo un importante proyecto para generar energía eólica y producción de combustible hidrógeno .

Sería una de las posibles fuentes de energía para el desarrollo de este proyecto, así como también la microgeneración hidráulica.

Conclusión

Las dimensiones del proyecto y sus propósitos, dan una idea de la dinámica que se generará en el país. El mundo podrá contar con fuentes importantes de recursos estratégicos -agua potable y alimentos.

Para nuestro país, este desarrollo será la fuente de trabajo y futuro promisorio para más de 20 millones de personas entre obreros, empresarios, profesionales, científicos, artesanos e independientes. Lo anterior implica la relocación de población de los cinturones urbanos de pobreza mejorando sus condiciones de vida.

Asimismo, más de 100.000 hijos de productores agrarios que se encuentran ya en situación de tener que cambiar de actividad, podrán tener la esperanza de desarrollar su vocación de productores agropecuarios.

Todos los beneficios a lograr son de la mayor importancia en la actual difícil situación económica argentina. Por falta de un proyecto de largo alcance se viene produciendo un fenómeno de emigración masiva de jóvenes y el empobrecimiento de más de la mitad de su población, contando con un gran territorio casi despoblado e inexplotado con cantidades ingentes de agua dulce que se va al mar.

Recomendaciones

Se debe propiciar la prohibición del uso de agua subterránea para riego agrícola, destinándosela para uso humano y animal.

Por otro lado, al controlar la velocidad del escurrimiento mediante las represas en serie, se atenuara la destrucción del suelo causada por la erosión.

Los espejos de agua formados por las represas crearan lugares de recreación y posibilidad de desarrollo de piscicultura.

La difusión de la idea expuesta a toda la población del país, hará conocer que el manejo del agua dulce permite obtener los dos elementos más valiosos que el ser humano necesita: agua potable y alimentación, bienes que escasearán en el futuro de nuestro planeta.

La concientización de la dirigencia política, empresaria, sindical, estudiantil y población en general se lograría por la difusión del presente proyecto, lo que sin duda posibilitará su ejecución a quienes tienen el poder político y económico y deseen hacer un aporte con capacidad para cambiar sustancialmente el estado actual de la sociedad y de la economía de nuestro país.

Producción es agua y caminos

La idea es del nivel de la desarrollada por Roosevelt en el valle del Tennessee sobre una superficie de 20 millones de hectáreas, a fin de solucionar totalmente la situación de más de 3 millones de desocupados.

Este plan es la base para un Proyecto Nacional a corto, mediano y largo plazo.

Incluye:

  • Ampliación de la frontera agropecuaria en 66 millones de hectáreas, mediante “Política: CERO agua dulce al mar”. Se basa en la retención de excedentes de agua dulce que van al mar en la meseta patagónica de Santa Cruz y Chubut y en el Impenetrable de Salta, Chaco y Formosa. Única alternativa para un plan de infraestructura sustentable que apoye el desarrollo económico-social local y posibilite el pago de la deuda externa.
  • Retención de agua dulce para riego, alimentación de napas y conservación de humedad en suelos.
  • Disminución drástica de los efectos y pérdidas por las anuales inundaciones de Chaco, Formosa y Bajos Submeridionales. Con la sistematización de estos últimos se soluciona además la región de Santa Fé central y la ciudad de Santa Fé.
  • Solución definitiva de la problemática del Río Quinto con su enorme influencia sobre el Río Salado y la laguna La Picasa (aproximadamente 3,5 millones de hectáreas de alta producción) mediante la construcción de un canal navegable (tentativo Rosario – Laboulaye – La Amarga) como sistema reversible para controlar los excesos hídricos, y en un futuro cercano ciclo de sequía, con aducción de agua dulce desde el Río Paraná si fuese necesario. El canal puede solucionar el antiguo problema de la laguna Melincué.
  • Presión geopolítica en extremos norte y sur del país.
  • Eliminación del uso de agua subterránea para agricultura, promoviendo la construcción de reservorios para los excedentes de aguas superficiales.
  • El estudio de prefactibilidad requiere un enfoque multidisciplinario que deberá ser realizado por cinco universidades nacionales con enfoque de futuro. A su vez el Estado deberá controlar y colaborar con sus instituciones –DVN, DVP, DPH, INTA, INTI, Recursos Humanos, Impacto Ambiental, AFIP, etc- en el desarrollo de planes específicos de cada una.
  • Se ha desarrollado en el país con producción nacional y adaptado a suelos y condiciones de Argentina un estabilizador químico de suelos ideado para la construcción de la red vial terciaria por su bajo costo, alta capacidad portante y velocidad de construcción.

Riquezas de una inundación

¿Alguna vez pensó qué pasaría si el medio millón de kilómetros cuadrados que compone la superficie de Francia estuviese desertificado y por lo tanto improductivo?

Es sencillo… La economía emergente de esta región no lograría mantener a 20 mil de los 60 millones de habitantes.

Pero el triste cuadro no se remonta al Viejo Continente sino a nuestras propias tierras.

El oeste de las provincias de Chaco y Formosa, el este de Salta, Santa Cruz y Chubut suman 580 mil kilómetros cuadrados. Lo suficiente para que sólo con una elemental y económica tecnología de retención de las aguas que inundan en períodos cortos estas regiones y que se pierden en el mar; se puedan lograr las condiciones que la alta producción agrícola necesita.

Luego de treinta años de solucionar problemas hidráulicos para el agro, mi intención con este propuesta no es incursionar en los inconvenientes de la provincia de Buenos Aires, Mesopotamia, Bajos Sub-medirionales, Centro Norte ni Oeste del país. Solo me referiré a las zonas ya mencionadas que son las de menor producción y recursos. La falta de agua debido a la inexistente retención de las lluvias estacionales, con o sin fuertes vientos, hacen que estas regiones sean las más olvidadas.

Inundaciones y sequías. Dos problemas similares pero ubicados en distintas latitudes que responden a dos períodos del año. Excesos hídricos son seguidos por largos meses de falta de agua.

En las regiones del extremo norte y sur, los deshielos arrasan y frecuentemente inundan extensas zonas. A los pocos días de finalizados los períodos de precipitaciones, reaparece bien por calor o por vientos, el fantasma de la sequía reflejándose asimismo en las napas de aguas saladas o salobres.

Todos los millones de metros cúbicos de agua dulce en los momentos pico, se pierden en el mar. Tanto el río Paraná en la zona norte como los cauces de la región Patagónica en el sur, son las vías que evacuan las aguas causando frecuentes desastres tras su paso.

El agua dulce, base de la vida del agro, con su veloz paso en la inundación, conlleva como consecuencia una escasa infiltración en el subsuelo, siendo además motivo de notable erosión hídrica.

La escasa infiltración impide la formación de napas, lentes o bolsones de agua dulce que al no presionar con su peso sobre la napa natrofreática permite su ascenso en el subsuelo. De esta manera, origina un complejo proceso de salinización, causa fundamental en la formación de desiertos.

Caso contrario ocurre en terrenos de aluvión permeable, donde el agua escapa sub-superficialmente por sobre los estratos impermeables.

En la zona norte en épocas de precipitaciones, la retención económicamente realizable de agua de lluvia en superficie, permitiría cambiar las condiciones superficiales de los suelos. La captación de gran parte de esas aguas tiende a disminuir la inundación en la zona ribereña del río Paraná y sus áreas productivas en Resistencia y Formosa; como así también en los Bajos Sub-meridionales del norte de Santa Fe. A su vez, la infiltración mejoraría la condición sub-superficial, creando o recreando la napa dulce que flota sobre la natrofreática.

Del mismo modo, los sistemas de retención disminuirían el volumen que llega a las zonas con peligro de inundación. De esta forma, se ahorrarían enormes cantidades de recursos económicos tanto del Estado Nacional, Provincial y Municipal, como de los privados.

El establecimiento de esos numerosos centros de agua retenida aumenta la humedad del suelo y da posibilidad de riego a temperatura ambiente y bajo costo. La infiltración significa además la posibilidad de poblaciones que pronto se concentrarían en una región, hoy día inhóspita, que por su clima puede llegar a ser de gran producción.

El estudio de prefactibilidad para la zona norte requiere el replanteo de numerosos factores que van desde el impacto ambiental positivo hasta el impacto social, pasando por la estructura agraria.

Si se recuperaran más de 15 millones de hectáreas de muy bajo valor de producción y adquisición, con una densidad de una persona cada 10 hectáreas, la zona tendría capacidad para 1,3 millones de personas activamente laborales solamente en el Impenetrable.

El costo del represado del 10 % de la superficie del área a recuperar –en una red de infinidad de embalses– no debería sumar como valor agregado al precio actual de la hectárea de campo, más de 35 dólares. La capacidad de producción puede llegar a ser superior a la de campos de mayor valor económico ubicados en zonas tradicionales y desarrolladas.

La infraestructura de caminos para servicios que se emplearán para la explotación y movimiento de las zonas en crecimiento debe construirse simultáneamente con el proyecto de sistematización. El uso de una moderna técnica de estabilización de muy bajo costo de fabricación nacional en suelos naturales, permite transitar los caminos en cualquier condición.

Empresas de movimiento de suelos y camineras abundan. Excelentes técnicos y mano de obra también. Solo falta imaginación, voluntad y coraje.

El río Quinto: su actual solución y consecuencias

Las soluciones ya realizadas y propuestas al problema del río Quinto, con sus implicancias en la Cuenca del Salado, noroeste de la provincia de Buenos Aires, provincia de La Pampa y área de la laguna La Picaza no son las de fondo que el sistema necesita. Deberían llegar mas allá de este ciclo de aguas altas, que con seguridad se revertirá durante muchos años después de los veinte o veinticinco venideros.

Drenar y evacuar más agua a través de la provincia de Buenos Aires implica cuando cesen las condiciones de transevaporación positiva actual, acelerar el proceso de desertificación en el corazón del país, cuando el nivel de agua potable sobre la napa natrofreática disminuya al mínimo o desaparezca. Se salinizarán los campos y los pozos de agua para poblaciones y establecimientos ganaderos.

En este momento, sólo es necesario evacuar los excedentes de agua provenientes del Río Quinto.

Para el futuro próximo solo imagino una solución integral: la construcción de un canal navegable, desde la bifurcación del Río Quinto en sus cinco cauces y paleocauces hasta el río Paraná. La finalidad fundamental de esta aparente obra faraónica, es la de mantener uniforme el nivel de la napa de agua dulce durante los períodos de escaso aporte del Río Quinto, y la evacuación de los excesos de la cuenca como ocurre en la actualidad.

La aducción de agua desde el Río Paraná para el funcionamiento de las esclusas que hacen a la navegabilidad del canal nos proporcionaría la seguridad de mantener constante el nivel de napa freática en el largo período de escasez del próximo largo ciclo de seca.

La navegabilidad permitiría balancear los costos de funcionamiento del canal con los del transporte de cargas y granos de esa riquísima región agrícola. Asimismo, descongestionar al actual volumen de tráfico de las rutas, especialmente en época de cosecha y a la vez solucionar el problema de la laguna La Picasa, el corte de la ruta nacional 7 y FFCC y la situación de los productores de la zona y aguas abajo, desde Teodelina hasta la desembocadura del río Salado. Desaparecería, entonces, la expectativa de inundación del noroeste bonaerense y de la cuenca del Salado.

Es evidente que la magnitud del proyecto requiere de un cuidadoso estudio de prefactibilidad técnico económico, donde se tenga en cuenta una enorme gama de aspectos. También es cierto que se necesita una fuerte voluntad política para realizarlo y un gran esfuerzo de técnicos y especialistas de la Argentina en todas las especialidades requeridas con la implementación de técnicas utilizadas en países de Europa, si fuese necesario.

Los medios para lograrlo, equipos, fábricas y personal están aquí.

La regulación de esta enorme área productiva asegurará la tranquilidad que debe respaldar a la producción y que en definitiva el país y sus hombres necesitan.

Lo importante es actuar en el momento oportuno para evitar críticas situaciones futuras. La peor política es la de los parches. La solución más conveniente es la que funciona.

Progreso es el resultado de nunca estar satisfecho. Producción es agua y caminos.

*El Ing. Aníbal T. Colombo tiene una vasta experiencia en el estudio de suelos y en la construcción de grandes obras, especialmente en el estudio, diseño y construcción de canales de drenaje, represas, excavaciones y servicios conexos en obras, para empresas de ingeniería, mineras, industriales, petroquímicas, de electricidad, cerealeras, camineras y municipios. Mail: atcolombo37@gmail.com – Celular 11 6845 6340