El Gobierno Nacional suscribió un acuerdo con acreedores privados para afrontar el pago de la deuda externa pública; la reestructuración es de aproximadamente US$ 67.000 millones. La magnitud de esta deuda y los efectos del acuerdo tendrán, seguramente, un impacto sobre la economía nacional.
Los aspectos más relevantes del acuerdo son:
- Despeja vencimientos en el corto plazo y eso permite comprar tiempo para crecer y distribuir, dado que se reemplaza el concentrado calendario de pagos de los próximos años; entre 2020 y 2024 vencían US$ 63.692 millones por todo concepto (capital e interés, deuda pública y privada, ley local y extranjera), ahora se pagarán US$ 7.556 millones aproximadamente.
- Concreta un ahorro en dólares que da un cierto margen de maniobra para lidiar con la típica restricción externa por razones comerciales. Ese ahorro se estima en el orden de los US$ 35.000 millones; si se considera que los bonos ley local tendrán igual trato, el ahorro total asciende a US$ 40.000 millones (Fuente: CEPA).
- Libera recursos en pesos para la política fiscal que antes se destinaban al pago de intereses. En el presupuesto 2019 los intereses de deuda alcanzaron el 21% del total de gastos; mientras se reducía el déficit primario vía ajuste al consumo popular, aumentaba el déficit financiero por pago de intereses.
Aunque está pendiente el pago de la deuda con el FMI por unos US$ 44.000 millones, la realidad es que el acuerdo con los acreedores privados representa un alivio para los próximos cinco años, en cuyo lapso se pagarán US$ 4.500 millones.
Es de esperar que mutuales y cooperativas, y el abanico de organizaciones que conforman el sector de la Economía Social y Solidaria, puedan aprovechar parte de los recursos que estarán disponibles para reactivar la economía en general.
